jueves, 13 de mayo de 2010

CARMEN LA VERDULERA,QUINTA PARTE

Llegó la hora del cine y allá se encaminó ella con cierta torpeza en sus piernas, porque aquel día había bregado mucho con la venta y ya, cada vez sus miembros estaban más debilitados por el trabajo y los sufrimientos… ¡O quizá era poco lo de su nieto!
Llegó a la puerta del cine y se encontró con la sorpresa que habían cambiado de cartelera. Ahora iban a pasar un royo americano que nada tenía que ver con lo anterior y exclamó llorosa: “Ahora si me lo han matado por segunda vez. Ya no lo veré más en lo que me reste de vida”.
Se volvió para su casa, pero tenía tal desazón en su cuerpo, que no podía tirar de él. Las piernas le pesaban como si fuesen de plomo y arrastraba los pies con gran esfuerzo para poder caminar. Trochó por un pequeño parque arbolado que había antes de llegar a su barrio, pero no podía caminar, se sentó en un banco, y allí lloró a placer cuanto tuvo gana. Ante sus nublados ojos vio, cómo un soldado todo vestido de blanco se aproximaba a ella, y al querer levantarse del asiento con grandes esfuerzos, se le perdió de vista en unos instantes, pero ella intentó seguir los rastros de aquel fantasma, como marchamos todos a través de la esperanza de la vida, guiados por nuestros recuerdos, al encuentro de la ilusión.

Rafael

No hay comentarios:

Publicar un comentario

rafael

rafael
Rafael 1957