domingo, 31 de enero de 2010

RELACIÓN EN VERSO

Recordando a los peñistas y clientes de nuestra taberna, donde fundé la PEÑA LOS "BORDONES" en el año de 1953.
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Cada vez hace más años
que en el Campo La Verdad,
la Peña de los Bordones
entre alegría y amistad,
viera su primera luz
que alumbra cada día más
con otros nuevos peñistas
que la han sabido llevar.

Aquellos que hoy, en su ausencia,
yo les quiero recordar...
cuando en la casa el "Gordito"
tuvo su fase inicual.

Empiezo por Pedro Lastre:
Un Presidente ejemplar, y
un tocaor de guitarra
al que nadie ha de olvidar.

El tabernero, "ElGordito",
canataor de seguiriya y soleá
y, un bailaor, "Chicharito",
de un compás que no va más.

Hay otro socio que aún queda,
y no quiero dar más...señas,
que cuando estab "alpistao"
cantaba por malagueñas,
¡como nadie había cantao!

El López de la "Sultana"
también cantaba arreglao
cuando a él le daba la gana.

Si mi memoria no engaña,
he de decir que era el Quico
quién bien cantaba la caña
acompañao por "Perico".

Pero,¿y a dóne me dejas
cuando el "Corruco" decía
el cante de Canalejas,
mientra Granero y "Lejías"
hablaban de cosas viejas,
cosas que otros no sabían?

Aquel buenazo de Márquez
y su amigo "Regaera"
con sus "dones" infinitos
que,sin el menor empacho
cogían los pimientos fritos
y el lebrillo del gazpacho
y se quedaban ahítos...

Manolo"Jerez y "ElQuinto"
hombres siempre muy atentos,
buenos colaboradores,
pero de cantar... ni tientos.

Fernández y Pepito Nieto,
regidores cien por cien,
proyectaban los peroles
que se habrían de comer
todo el resto de la Peña
que eran más de...33.

Cuando el amigo Baena
tocando una seguiriya,
se levanta de repente
y se jinca la morcilla.
¡La del sabor excelente!

"Pichote" Torres y Cantilo,
exagerando sus glosas,
solían dar el tabardillo
aumentando ellos sus cosas.

El "Bola", hombre sencillo,
que sólo bebía de a "20"
cuando estaba "colocao"
también bebía el del cliente
que se encontrase a su lao.

Paquillo Cantos, y Pino,
tocaor y cantaor,
no quedan en el olvido;
eran dos buenos peñistas,
eran, de todos, amigos.

Emilio "El Mesa" y el "Guitajo",
éste, de grandes proezas,
(aunque en un tono algo najo)
lo del "Niño las Cabezas"
lo decía con desparpajo.

Y ahora tres "figuras de cartel"
El "londro" por Caracol,
mi compare el "Pisto"con su sonanta
y Rafael el "Soilo" con los pies.

Y ¿a dónde dejamos al "Lines"
(que fue peñista también)
cuando hablaba de sus vacas
era de escuchar, reír y yo, qué sé...

No sé si me dejo alguno,
mas ya creo que quedan pocos...
Quizá de Luis Villanueva
no haya hecho tal mención,
pero ya no se me esacapa.
Era terco y cabazón;
¡Discutía hasta con el Papa!

Y aquí cierro relación
de toda aquella clientela
que, en tiempos de juventud
tuve el honor de atenderla.

¡Ay cuando volvía los domingos
de bregar sobre la arena
ante la cara de un toro
en aquella plaza vieja!

Mi autor, Rafalito "El Tizo",
me esperaba allí en la puerta
siempre con varios amigos,
todos gente de la Peña...

Con sorna me preguntaban:
"¿Cómo se ha dao la faena?"
y yo que les entendía,
me reía dientes afuera;

Me adentraba hacia la casa,
le daba un beso a mi vieja
y me cambiaba el "vestío"
que había sio de otra faena.

Me ponía el delantal blanco,
me iba hacia la taberna
a servirles a aquellas gentes...
¡¡Ay, si ahora a todos les viera!!

Rafael León Raya.
"EL GORDITO"

¡CÓMO AÑORO AQUELLOS TIEMPOS!

lunes, 25 de enero de 2010

CORRIDA EN CUATRO SONETOS.

El Director de la Revista de toreros de Córdoba, Don José Toscano Chaparro,para publicar estos sonetos dice esto:

El admirado poeta cordobés Rafael León Raya Villalba, de su extensa obra literaria realizada sin que él mismo quiera darle difusión, nos hemos atravido a dar cavidad en nuestras páginas, la composición de cuatro sonetos dedicados a practicantes directos que conforman las cuadrillas de toreros,que es un lujo.
El arte de escribir en versos rimados, sea cual sea la métrica, modo, manera, resorte y tratamiento para captar la atención del lector, Rafael la posee, nosotros nos encontramos gratificados en leerlos, recreándonos a la vez en su exquisita composición. (Lo hemos hecho sin su permiso.)

PICADOR.

Un toque de clarín está sonando
con una nota tan fina y sentida,
anuncuiando un primero de corrida
que, en el albero se verá brincando.

Los "chulos", un jamelgo colocando
al hilo de las tabalas y, a medida,
que al recibir del bruto la embestida,
no caiga al callejón pataleando.

Ya se abrió la puerta del chiquero,
y acometió furioso aquel astado
contra el montado de la silla
y, en esa duda de que "voy y no quiero",
embistió al caballo por el costado
y de no sugir el quite, lo acribilla.

PEÓN DE BREGA.
Va a enfrentarse con el astado
un alto, poderoso y elegante,
hombre gallardo y arrogante
con su rojo y gualda adelantado.

Se arranca como un desesperado
enchando sus defensas por delante,
con una fuerza como la de Atlante,
un toro galgueño astifinado.

Rasga el percal su pitón ardiente,
y a medio percal se defiende aquél
del bravo animal desenfrenado.

Un corazón grande y pecho valiente
parece que dicen:"en el redondel,
la guerra y el arte han comenzado".

BANDERILLERO.
Un nuevo toque de clarín ya suena,
sonsacando al arte de sus casillas
que, por suerte o cambio a banderillas
se conoce, y el Presidente ordena.

Todo cambio aquí es nueva faena
con compás y ritmo de unas "seguiriyas";
se va sucediendo hasta las mulillas
que arrastran al finado por la arena.

Un subalterno lo coloca en suerte;
un banderillero muestra su figura
y, frente a frente dudan un momento.

Se desafían gallardos y potentes.
De momento surge un escultura,
con presteza se alza un monumento.
MATADOR
Llegó el principio al final: La muerte,
que tras la lidia vino elaborando,
tras los cambios por que fue pasando.
¡Acerbas órdenes del Presidente!

Sin dudar un momneto, muy valiente,
hombre y junco a la vez, cimbreando
su flexible cintura va jugando
al pasar el astado bravo y fuerte.

Llegó el delirio al respetable
cuando los pitones rozan su faja,
que su valor frío y sereno ofrece:

ni en un gesto se muestra mutable
cuando en su faena se aventaja.
¡¡Se desborda el arte, el delirio crece!!

domingo, 24 de enero de 2010

ESCRITO EN ANDALUZ-EL GUÍA DEL GUIRY III

¿OSTÉ SABE LA GRADESA
QUE TÍE ETA POBLASIÓN?:
CASA PILATOO, LAA DUEÑAA,
LA TORRE DE LA GIRARDA Y,
SI MI MEMORIA NO ENGAÑA,
E LA CATEDRÁ MÁ GRANDE
DE TOAA LAA GRANDE DE ESPAÑA.

TANMIÉN LA TORRE DER ORO.
AQÍ NASIÓ EL VIEJO HERRERA,
VELAQUES,BEQUER, MURILLO
Y OTRO FAMOSO,RUEDA...

EL BARRIO DE SANTA CRUS
Y ER FAMOSO DE TRIANA
LA CALLE TETUÁN Y SIERPEE
Y LA PLASA LA CAMPANA.

Y DE ARTIITA, PAQUÉ HABLÁ?
TOREROO DE LOO MEJOREE:
ER EEPARTERO, LOO BOMBAA,
LOO PANAEROO, LOO GALLOO,
BELMONTE...GÜENO, YA SE LO PÚE IMAGINÁ

SI LE HABLO DE FLAMENCOO,
ESO E PA GORVERSE LOCO.
DE AQUÍ, PAATORA PAVÓN,
CARBONERILLO, EECASENA,
VALLEJO, CARACOR, PINTO...
PA CONTAALOO POO DOSENAAA.

¿QUE ME PREGUNTA EL "MONSSIER"?
NO, HOMBRE, AORA BAMOS PA OTRO LAO:
PA LAA TIEWRRA DE MOGUEÉ.

GUERBA, MARINERA, CANTAORA;
LA PRIMERA QUE UN DÍA SENTÓ
MESA EN LA PLASA DER PUEBLO
CON LOO PINSONEE Y COLÓN
QUE ALLÍ EPERABA AR LAO
QUE LE DIERAN SOLUSIONEEE...
¡SIN ELLOO, NO HABRÍA SARPAO!
PUE ERA UN DECONOSÍO
Y TOA LA JENTE DER PUEBLO,
NO LO QUERÍAN NI "ADOBAO".

PERO MÍE OSTÉ POR ONDE
AQUER QUE NO CONOSÍA ER MAR,
SE LE METIÓ EN LA CABESA,
OTRAA TIERRAA ENCONTAÁ
QUE LUEGO SERÍAN GRANDESA
PA TOA LA HUMANIÁ....
DEEPUEE DE AQUELLA PROESA.

ASÍN, QUE EETA GÜERVA TÍE
ESE ONOR QUE ER MUNDO ASMIRA
POR AYUARSLE AQUER HOMBRE
QUE NAIDE SUPO É SU VIDA.

GALLEGO, JENOVÉ, JUDÍO,
MA ENTOAVÍA NO SE SABE
DE DÓNDE VINO ER "JOÍO".

LA COSTIÓN E QUE MURIÓ
SIN SABÉ LO QUE ABÍA JECHO
Y SE LLEVÓ DENTRO ER PECHO
ERROR QUE HOY SABE LA JENTE,
PERO DE UNA U OTRA FORMA,
NOOREAGALÓ UN CONTINENTE...

¡Y QUE PUEBLOO TÍE GÜERVA!
ADEMÁS DE MUNCHOO MÁA
E COMO DISE LA COPLA:

QUE SE VE DESDE EL CONQUERO,
CINCO PEBLOS TIENE HUELVA:
SAN JUAN DEL PUERTO Y MOGUER,
GIBRALEÓN Y TRIGUEROS
Y BEAS TAMBIÉN SE VÉ...

Y ESE ALOONO CANTAOÓ
QUE PUSO EL FANDANGO EN FUERO
Y DEEPUEE LO CANTRÍAN
DE LO GRANDE, LO PRIMEROO
CUANDO A SEVILLA LLEGARON
ISIDRO Y PACO ER "COMÍAA"

CALLE REAL DEL ALOSNO
CON SUS ESQUINAS DE ACERO,
ES LA CALLE MÁS BONITA
QUE TIENEN LOS ALOSNEROS.

¿Y QUÉ NOO QUEA YA QUE ANDÁ?
ESA CÓRDOBA "LEJANA Y SOLA"
QUE DIJERA GARCÍA LORCA...
TIENE EN TÓR SENTRO LA SIUDAÁ
LO MA GRANDE DE LA HIITORIA
DE LA ÈPOCA MUSURMÁN

Y DENTRO DE LA MEZQUITA,
SI HAY UNA COSA MU MAR,
Y LO DIJO CARLOS V CUANDO
IVA PÁ SEVILLA: "ESTE EL CRIMEN
MÁS GRANDE QUE HA HECHO LA CRISTANDAD
DENTRO DE ESTA MARAVILLA,
HACER UNA CATEDRAL"
FUÉ CAPITAR PRINSIPAR
QUE COMPETÍA CON DAMAACO
EN VIDA DE ADERRAMÁN,
Y ENVIDIA DE MUNCHOS PUEBLOO
Y ESO SE SABE DEMÁA.

FUE TAN VAATA SU CURTURA
QUE AQUÍ VENÍAN A EETUDIAR
MEDISINA, ARQUITESTURA Y
UN MONTÓN DE COSAA MÁA
DE TÓ LOO PEBLOO DER MUNDO
PORQUE NO HABÍA OTRA IGUAR.

LA BAÑA EL FUADARQUIVÍ
A EETA SIUDÁ SINLENSIOSA
COMO ARGÚN OTRO DIJERA.
LE ECHÓ UN PÌROPPO DE "ERMOSA"
DURSE COMO CLAVO Y CANELA.
COMO POBLASUÓN, PRESIOSA;
LIMPIA, COM UNA PATENA.

¿QUÍE OSTE´SABÉ ARGO MAÁ?
PUE LE VOYA DESÍ AORA,
QUE SOY DE AQUER ARRABAR,
CUNDO AQUELLA TROPA MORA
EN CÓRDOBA QUISO ENTRÁA,
Y SE LIBRÓ LA BATLLA
DEL CUADRQUIVRI, PA ALLÁ,
PUE SEGÚN CUENTA LA HIITORIA,
QUE LOO MESMOO PICONEROOO
LUCHARON CON MUNCHA ONRA
PA DEFENDÉ LA SIUDÁ,
Y DEEDE ENTONSE, AQUE SITIO
SE LE CONOSE POO NOMBRE,
¡EL CAMPO DE LA VERDAD!

SÍ HABLE OSTÉ LO QUE QUIERA
SI E QUE SE A PODÍO ENTERÁ...
¡AH! TAN SOLO DE LA MITÁ!
¡QUE TÓ LO E ABLAO YO SON "ESE".

¡PUES CÓMO LO VOY A ABLÁ!
SI SOY DE ANTEE DE LA GUERRA,
Y LE VOY A DESÍ A OSTÉ
QUE, AQUÍ, EN ÉETA, MI TIERRA,
¿QUIÉN CONOSÍA LA "C"

FIN.

sábado, 23 de enero de 2010

ESCRITO EN ANDALUZ.--EL GUÍA DEL GUIRY-2

¡AY!LA SIERRAA TAN PRESIOSAA
QUE SERCAN A EETA CAPITAR:
SIERRA ALMIJARA, TEJADA,
LA DE ANTEQUERA, EL MIJAR,
LA CABRA, CHIMENEA,ANBDALAJÍ,
PIZARRA, RONDA Y TORCAL...

HA VIITO OSTÉ QUÉ BELLESA?
AÍ MU SERQUITA EETÁ
ERMEDIO DE TOA LA SIERRA
(QUE TANMIÉN TIENE OLIVAREE)
LLENO DE GRASIA Y DE LUS
ESE PUEBLO, QUE E CASARES,
CUNA DEL PADRE ANDALUZ.

Y AORA BAMOO PÁ OTRO LAO
A VE´ESOO PUEBLOO FAMOSOO
QUE ETAN BAÑAOO POR LA MAR:
TORRE MOLINO, MARBELLA
Y UN OMTÓN DE MUNCHOO MÁ...

AORA IREMOO PÁ TARIFA
A AFRONTÁ ESE VENDAVAR
QUE ENTRA PO SU ARTA CORNISA
Y BIENE EMPUJAO DER MAR.

EETE YA NO E MALAGUEÑO
QUE E DE OTRA CAPITÁR.
DER RINCOSITO DE CÁI,
ER DE LA GRASI Y LA SAR.

lA FUNDARON LOO FENISIOO
ANTIGUA GADES, GADITANA JULIÁ.
CARTAGINESÉ Y ÁRABEEE
LA DEJARON BIEN SENTÁ
Y DEPUÉ SUFRIÓ ER ATAQUE
DE AQUER HIJO PU... DRAKE
Y POR EL CONDE DE SSEX,
QUE ASÍ MESMO ERA UN INGLÉ.

FUÉ PRISIPÁ DE COMERSIO,
DE CONTRATASIÓN DE INDIAA;
FUE SUFRIENDO CON PASIENSIA
EL SITIAO DE LOO FRANSESEEE,
¡GUERRA DE LA INDEPENDENSIA!

SUU MURALLA AÚN RECUERDAN
LOO ATAQUEE QUE SUFRIERON
POO BANDIOOS Y PIRATAA,
PERO NUNCA CONSIGUIERON
CLAVÁ ALLÍ NI UNA EETACA,
PORQUE NUNCA SE RENDIERON.

TANMIÉN LE CABE EN SU ABER
EN 1812, FUNDÁ LA CONTITUSIÓN,
HAATA QUE EN EL EL 23 INTENTARON
LOO FRANSESEE APODERARSE OTRA VÉ,
PORQUE EL SCHALAO DE FERNANDO,
SIENDO YA INCAPASITAO, EL COBARDE
Y ASUUTAO, PORER CONGRESO DE VIENA,
GORVIÓ A ASER DE LO MESMO
Y PO ELLOO APOYAO, IMPLATÓ ER ASOLUTIIMO
CUNADO YA SE VIÓ SERCAO...

¿ME ETÁ COMPRENDIENDO OSTÉ
LAA COSAA QUE LE E CONTAO?
PUE SI SIGUE OSTÉ A MI LAO,
MUNCHAA MÁ LE CONTARÉ,
PORQUE EETO NO SE A ACABAO.

AORA LE ABLARÉ DE PUEBLOO
QUE TÍE EETE MUNISIPIO, QUE
E GRANDE DE ANDALUSÍA.

MÍE OSTÉ:TÍE JEREZ DE LA FRONTERA
QUE E ER PUEBLO MÁ FAMOSO
DER VALLE Y DE SU RIBERA.
TÍE CABALLOO Y MUNCHOO TOROO,
Y EN FLAMENCO Y ALEGRÍA
NO AI QUIEN LE ECHE LA PATA
CANTANDO POOBULERÍAA,
PORQUE AQUÍ, ESO E COSA INNATA.

DE AQUÍ ERA RAFAÉ ANTÚNEZ
LLAMAO ER NIÑO DE GLORIA,
LA PAQUERA DE JEREZ Y NO SÉ
YO CUANTOO MAÁ QUE NO CABEN EN LA IITORIA
DE EETA FLAMENCA SUIDÁA.

Y SI QUÍE OSTÉ, AMOO AR PUERTO
A VÉ SU PLASA DE TOROO DONDE
JOSÉ EL GALLO DIRÍA:"QUIÉN NO
HA VISTO TOROS EN EL PUERTO,
NO HA VISTO TOROS EN SU VÍA"

QUÍE QUÉ LE CUENTE ARGO
DE EETA BAJA ANDALUSÍA?
...NO SÉ SI PODRÉ ACABÁ
EN LO QUE ME QUEA DE VÍA...

NOO BAMOO A TRALADÁ
A LA ERMOSA CAPITÁA
DE NUEETRA COMUNIDÁ,
CAPITÁA DE ANDALUSÍA.

EETA E LA ANTIGUA HÍSPALI,
VIEJA CAPITÁA ROMANA,
SUYUGÁ POR VÁNDALOO Y GODOO;
QUE EN ER 712 FUÉ CATURÁ POO LOO MOROO.

CUANDO LA IMBASIÓN FRANSESA
TANMIÉN FUE UNA CAPITAR
DEL GOBIERNO DE FERNANDO
AQUERSCHALAO, DE ATAÁ.

viernes, 22 de enero de 2010

ESCRITO EN ANDALUZ-(ELGUÍA DEL GUIRY)

¿CONOSE OSTÉ ANDALUSÍA?
¡QUE NO?
¡HOMBRE VENGA OSTÉ PÁCÁ!
ENTREMOO POR ARMERÍA,
POR LA MESMA CAPITAR
QUE E UNA DE LA MÁ LUSÍA
DE ETA REGIÓN TAN SIN PAR.

¿QUÉ ME QUÍE OSTE PREGUNTÁ?
¡QUE NO, HOMBRE!
QUE NO E DE ORIGEN ROMANO.
E DE ORIGEN MUSURMÁN...
¿A VITO OSTÉ LA ARCASABA?
LA CONTRUYÓ ADERRAMÀN.

HAY QUIEN DISE,"PORTU MAGNU"
(LA ISI DE LO ROMANO)
PERO DESO ABRÍA QUE ABLÁ...
¡Y LOPUEBLO TANERMOSO
QUE TÍE ESA CAPITÁR!

EL EGIDO, DALÍAS, VICAR Y
ENTRE OTRO MUNCHO QUE TIENE
ETÁ ROQUETA DER MAR.

AORA BAMO MA PAYÁ
PORER CAMINO JAÉN,
OTRA ERMOSA CAPITAR
QUE ABITA DE NOCHE Y DÍA
ERMEDIO DE UN OLIVÁ
DE ETA ERMOSA ANDALUSÍA
QUE E LA PUERTA PRINSIPAR,
ENTRANDO EN DEPEÑAPERROO
Y DEJANDO CATILLA ATRÁ.

Y NO LE DIGO DE PUEBLOO!
AY UN MONTÓN PÁ MENTÁ:
DERDE ANDUJA ATA MARTOO,
DE AQUÍ, A ARCALÁ LA REAR
VA OSTÉ DERECHITO ANDANDO
PÁ LA VEGA DE GRANÁ...

DE AQUÍ QUE LE CUENTO YO?
¡ETO NO SEPÚE AGUANTÁ!
AQUÓ LOREYE CRIITIANOO
TÍEN SU TUMBA REAR.

AQUÍ ER ARTE MÁ ERMOSO:
DER ARABE SU ARQUITESTURA,
E LA ALAMBRA DE GRANÁ
LA MÁ ERMOSA FIGURA
QUE OSTÉ SE PUEA FIGURÁ.

ETÁ EN LA COLINA SÁBICA
Y AR LAO DER GENERALIFE
CUANDO EN LO TIEMPO DE MOROO
GRANÁ SE LLAMÓ LA ILÍBIRI.

I PA QUÉ CONTALE MÁ?
TENEMOO EL PICO MÁ ARTO,
EL DE LA SIERRA NEVÁ
TIERRA PEEFUMÁ Y FOSCA
Y ¡CASI NÁ, CASI NÁ!
DE AQUÍ ERA GARCÍA LORCA,
MU SERQUITA DE GRANÁ.

VENGA OSTE OTRA VE PÁ CÁ
QUE BAMOO A LA AXARQUÍA
ESE ROSARIO DE PUEBLOO
QUE BRILLA COMO UN EETRELLA
Y MO LLEBA CONDUSÍOO
PORUNA SENDA DORÁ
HATA MÁLAGA LA BELLA
LA GUAPA NOVIA DER MAR.

AQUÍ, PAQUE OSTÉ SE ENTERE,
LLEGARON CARTAGINESE,
GRIEGOO, BISIGODOO, ROMANOO
Y PORÚRTIMO LO ÁRABEE...
HATA LOO REYEE CIRTIANOO.

TÍE ETA MÁLAGA UN SALERO
QUE CUENTAN QUE ENER PECHÉ,
UN GACHÉ PERDIÓ UN SOMBRERO
Y SE LO VINO A ENCONTRÁ
EL ROJO ER ARPARGATERO
Y NO SE LO QUISO DÁ....

ETO E COPLA MALAGUEÑA
UN GÜEN CANTE DE VERDÁ
Y NO LO QUE HOY SE CANTA
DE UNA FORMA AFLAMENCÁ.

¡AY! PERCHÉ,BARRIO DE LA VITORIA,
ESE OLÓ AJASMINAO Y A LIMÓN
QUE TÍE ETA POBLASIÓN.
¡MÁLAGA ME GÜELE A GLORIA!

SI ENTRA OSTé EN LA CALlE LARIOO
QUE AQUÍ E LA CALLE SENTRÁ
Y LLEVA APELLÍO FAMOSO
DE TRADISIÓN FAMILIÁA.
Y LE VOY A DESÍ A OSTÉ
QUE NO ERAN MALAGUEÑOO;
SU ORIJEN ERA LOGROÑÉ,
PERO INDUTRIALEE DE FAMA
Y POLÍTICA TANMIÉN.

EN ESTADO DE COMA--CAPÍTULO FINAL

++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++Conrado tenía un pariente en Toledo, un primo suyo y su gran amigo desde niños. Se puede decir que eran como dos hermanos que se quieren. Todos lo días iba éste al hospital por el ver el curso de su enfermedad y de lo que la misma le podían informar los médicos. Mas éstos, no sabían por aquellas lejanas fechas, el grado de coma que padecía su pariente. No podían averiguar si su estado era del primer grado o se remontaba a otro superior. Dios sobre todo--solía decir Enrique, su pariente--.

Enrique confiaba con toda esperanza que fuese reversible y que un día pudiera él hablar nuevamente con su primo...

Uno de los días que Conrrado regresaba de un pueblo de la misma provincia, de Santa Olalla, precisamente, a poca distancia de las afueras del pueblo, un malísimo conductro (de los que siempre existirán) se le vino encima de su moto atropellándole y dejánole mal herido, y aquello se tradujo en un estado de coma. Fue ingresado en un hospital de Toledo y allí permaneció sin volver en sí como espacio de mes y medio.
Los doctores sospechaban que su cerebro había sufirido un gran deterioro y su reveribilidad era una incógnita.

Enrique no faltaba ni una tarde en ir a visitarle y darle un beso en su inanimada frente...¡Dios mío cuando podré volver a ver a mi primo y hablar con él nuevamente?
Esta la era la obsesión de Enrique que, entre sollozos se lamentaba de lo ocurrido.

Se pasaban los días y las semanas, y Conrado no daba señales de volver en sí.¡Dios qué desgracia!

Un inolvidable día, Enrique entraba por la puerta del hospital y se dio de cara con uno de los médicos que ya le conocía como de familia, y éste le dijo:--Enrique, te tengo que dar una buena noticia. Tu primo ha sufrido un cambio muy favorable. Esta mañana cuando ha ido la enfermera le ha visto que movía sus miembros inferiore y parece que sus párpados se quieren abrir.

Innecesario es decir que Enrique se llevó el alegrón más grande de su vida; pues a estimación de los doctores, daba la impresión que aquella mejoría llevaba un proceso más ràpido de lo creíble.
A los pocos días,Conrado estaba ya despierto e intentaba hablar aunque con cierta dificultad. Pero a la semana siguiente, Conrado se encontraba totalmente normal.
Enrique, nervioso e impaciente solicitaba de los médicos el alta de su primo, pero éstos, responsables de todo enfermo, le decían que tenía que estar en recuperación un tiempo por ver si aquello era totalmente efectivo y no había ninguna reacíada.

De una u otra manera, Enrique no dejaba de ir todos los días a visitar a su primo y a poder charlar con él, pero en sus conversaciones le daba la impresión que Conrado lo que estaba era volviéndose loco, perdiendo el juicio totalmente. Uno de aquellos días Enrique abordó a un doctor y le dijo: Don Francisco, creo que mi primo está perdiendo el juicio.

--¿Por qué dices eso, Enrique?
--Usted no sabe las historias que me cuenta todas las tardes cuando vengo a verle.
--¿Qué historias son esas?
--Pues mire lo que dice con toda normalidad. Que ha estado en un pueblo donde le han ocurrido cosas imposibles de creer con un "doctor", un recovero, un arriero, que se encontró en una fiesta campesina y un montón de disparates que a mí, por lo menos me da la impresión que se está volviendo "majareta"
--No digas eso, Enrique. Hasta el día de hoy no se ha podido averiguar si un enfermo en estado de coma piensa, ve o sueña. Ten la seguridad que tu primo Conrado no está loco. De momento está curado y tan cuerdo como tú y yo.


EL AUTOR

RAFAEL LEÓN RAYA.

EN ESTADO DE COMA--CAPÍTULO XV

A María Doleres se le ocurría cantar otra copla más sentenciosa, y empezaba diciendo:

"Con ningún viudo te cases,
que es olivo vareado;
y vas acriar los pollos
que otra gallina ha dejado"

El señor Apolonio disfrutaba como un enano de ver a sus trabajadores alegres y contentos considerando, con sus buenos sentimientos que, sin la mano obrera no existe capital posible.

Juanillo el cagarrache insistía :con sus coplas llenas de las más eróticas intenciones.

"A las doce de la noche,
con la lunita en la cumbre,
hay mujeres más contentas
que pucheros en la lumbre".

Mientras llenaba otra vez el botijo de vino canturreaba entre dientes:

"Si quieres alargar la vida
no abandones la bebida".

El contenido del botijo ya le iba haciendo pasarse en algunas de sus coplas:

"Desde mi casa a la tuya
voy a tender una caña
para que pase el producto
de mi almendra a tu castaña..."

Las aceituneras viendo que el repertorio de sus coplillas se les iba agontado, no pudiendo competir con Juanillo ni vencerle, pusieron en marcha aquello que ya tenían pensado de antemano. Aquella moza que se había quedado con las bragas para regalo de su madre, en un descuido de éste, se las metió por la cabeza tapándole los ojos, mientras las compañeras se lanzaban sobre él tirándolo al suelo.
Juanillo pugnaba por deshacerse de aquellas "bandoleras", pero le era imposible; eran muchas y allí lo tenían prisionero. Lines y otra de las más livianas le desabrocharon la bragueta, y una tercera ya tenía un jarro de agua preparado, y otra, un gran puñado de orujo molido que le zamparon en sus secretas partes, echándole el consabido "salmorejo".

Al fin le dejaron libre, y éste corría como alma que lleva el diablo hacia la era donde estaba el pilón de agua, y echándose los pantalones abajo intentaba quitarse el amasijo que tenía enrededado por aquella zona de su cuerpo que, con toda mala uva, sus compañeras le habían "regalado".

Todas ellas muertas de risa miraban por el ventanl de la cocina, y Juanillo de espaldas al cortijo mostraba sus peludas piernas y sus negruzcas posaderas, mientras algunas se confidenciaban dándose con los codos y diciendo en bajo tono: "Pero que culo más respingón tiene el bandido..."

La admiración de Conrado era desbordante al ver aquella fiesta campesina y cómo aquellas gentes desarrollaban su ingenio para llevar a efecto aquellos bailes y coplas tan alegres como espontáneas. Se maravillaba que la gente de campo tuviese tantos recursos "artísticos" dentro de aquella sencillez. Él se fue integrando poco a poco en el grupo de aquellla pandilla que le invitaban una y ora vez a que participara de todo aquello y, sobre todo, del contenido del porrón. Aunque Conrado nunca había bebido alcohol, optó por hacerlo por primera vez ante la insistencia de aquella gente tan alegre como las castañuelas de la Lines. Ésta inquieta y nerviosa muchacha, le metió al vendedor en la boca un trozo de chorizo que le llegó a la campanilla. Éste, intentaba por todos los medios sacarse de su garganta aquel pedazo de embutido que estuvo a punto de ahogarle, mientras que los demás del grupo, con los efectos espirituosos, reían a mandíbula batiente sin pensar en el accidente que se pudo haber producido.
Por fin se pudo deshacer de aquel obstáculo que le ahogaba, y todo quedó en una pesada broma, propia de la gente joven, pero que a Conrado no le hizo mucha gracia.
Como éste no tenía la menor costumbre de beber alcohol, no tardó en venir a su cabeza un tremendo mareo que dio con él en el piso de la cocina, sobre aquella mezcolanza de vino y grasa... Le dió la dipsomanía por llorar a lágrima viva.

Juanillo que tenía conatos de borricote quiso echárselo a cuestas y zambullirlo en el pilón de agua, pero el señor Apolonio se lo impidió, y tras un largo rato se fue normalizando el pobre Conrado.
Cuando se vio supuestamente en condiciones de coger la moto, se deshizo de aquella charanga de gente joven,cogió su motocicleta, montó su malata vacía, y con efusivos saludos y reverencias, sobre todo al señor Apolonio, se perdió camino adelante para la pensión.

Entre la charla que mantuvo con el dueño de la finca y después con lo acaecido con aquella gente de mil diablos, se le había pasado el día en un santiamén. Mas una vez antes de llegar al pueblo, se sintión un poco mareado, y para prevenir,se apeó de la moto y se sentó un rato sobre una piedra que había en el mismo camino.
Se le fue psando aquel malestar de su cuerpo, y cuando reemprendió el camino ya declinaba la tarde e iba llegando la noche. Celebró haber llegado a la pensión donde esperaba encontrarse más sosegado en compañía de Dora y el "doctor".

Entró derecho a la cocina y se dirigió a la chimenea donde se llevó la sorpresa más grande de su vida. Allí donde tantas noches mantuvo la tertulia con el "doctor", al amparo de la lumbre, no exístía nada que diese rastro de haber habido fuego nunca. Aquello estaba desierto, comido de polvo y suciedad; allí no había sillas ni nada que diese muestras de que hubiese estado habitado. Sólo unos viejos apaños de siglos se veían allí arrinconados como eran los yares, un tentemozo comido de polilla y otros apaños caseros como una tenazas que detectaban una ancianidad de siglos...

Conrado sintió un miedo horrible y se dispuso a llamar a Dora, pero la voz apenas le saliá del cuerpo. Lo volvió a intentar y comprobó que allí no habitaba nadie. Se fue medrosamente hacia una puerta que estaba semiabierta,empujo con todo recelo y vio un salón enorme con más de vente sillas comidas de polvo y mugre en las que, sobre el asiento de cada una había un libro destrozado por el paso de los años.
Al fondo vio como en un destrozado sillón había un esqueleto momificado con la dentadura descarnada y dientes alargados; las oscuras cuencas de los ojos, ennegrecidas, los salientes husoso de los pómulos y su total imagen cadavérica daba la impresión de haber pasado por ello varios siglos.

Aquello para Conrado no era menos que un milagro y, sobre todo, que el miedo que sintió al ver como estaba la chimenea, le había desaparecido de su cuerpo y se encontraba allí curioseando tal como si estuviese en un museo anatómico... ¡¡Qué cosa más extraña!! Continuó observando por allí alguas cosas más y se acercó a aquel esquleto que en los largos huesos de sus dedos descarnados sostenía aún un destrozado libro con las paginas amarillentas. Se fijó en la pared frontera y allí comprobó que en un cuadro enorme, borrosamente podía distinguirse una foto de un señor con unas barbas que le lleganan al pecho. Aquello sí le infundió miedo y aceleró el paso por salirse de allí.

Al abandonar aquella estancia sintió aún más miedo cuando oyóotra vez la voz de un niño que decía: --"Mamá, tengo frío, tengo hambre". Aún le quedaba un resto de valor, y voceó, con el vello de todo su cuerpo erizado, preguntando quién había por allí. Otra vez la voz del niño que demandaba alimento y abrigo. No pudo aguantar más y saliéndose para la puerta echó a correr calle abajo en la oscuridad de la noche...

jueves, 21 de enero de 2010

EN ESTADO DE COMA--CAPÍTULO XIIII

Llegó el otro esperado día y salió como siempre lo solía hacer, casi al azar, por cualquier camino que le permitiese circular su moto.
Ya retirado del pueblo enderezó una nueva ruta que le llevó, entre olivares, a una finca blanca como un pueblo de Cádiz, que tal parecía una perla engarzada en una gigante esmeralda. Llegó a dicha finca y salieron a saludarle dos o tres chuchos delatando su presencia.

Diose el caso que allí habían terminado la recogida de aceituna, y como final de temporada lo estaban celebrando a todo lo grande que se pùede celebrar un acontecimiento en una finca de campo.
Aceituneras y aceituneros con otro personal del cortijo estaban reunidos en buen compañerismo en la amplia cocina de aquella heredad. Alguien se percató de un ruido extraño de motor y así se lo comunicó al dueño. Éste salió para la puerta y se topó con un motorista. Le preguntó el motivo de su visita y Conrado le informó del negocio a que se dedicaba, y por tal motivo se aparecía por allí buscando clientela para su "industria".
El dueño de la finca, ante aquella declaración tan espontánea como inesperada, persona campechana donde las hubiera y hombre de gran bondad, muy lejos del "señorito" andaluz y déspota de aquellos tiempos de autoritarismo burgués, sino de un verdadero señor que, aunque sin estudios ni otros adornos exteriores de que presumen algunos ciudadanos, le dijo al motorista que pasara a su casa y que pusiese la maleta en lo alto de aquel largo poyo de mampostería y que la abriera. Dirgiéndose
al personal dijo con voz alta y clara: Señoras, señoritas y caballeros. Tolo lo que contien esa maleta que hay ahí en lo alto, ya podeís ir repartiéndoselo equitativamente, pues es un regalo que les quiero hacer a todos.
Cada mujer y hombre tomaron lo que mejor les vino, el señor Apolonio (que asi se llamaba el dueño de la finca) disfrutaba de ver coger cada uno lo suyo mientras el contanido de la maleta de Conrado iba decreciendo has quedar totalmente vacia, de todas aquella baratijas como eran collares, pulseras, mecheros, navajas y alguna otra prenda íntima de vestir, como unas bragas y un camisón que una joven cogió para hacerle un regalo a su madre...

Conrado reventaba de alegría y contento por haberse encontrado en ta buena hora con aquella finca y con la bondad de su dueño que le iba a solucionar el negocio de toda la semana.

Los mozos y mozas continuaban su fiesta inmersos en esa alegría que provoca la juventud. Mientras el señor Apolonio y el vendedor trabaron conversación, en la que se interesó por el nombre de aquel vendedor ambulante.

--Mi nombre es Conrado, para servirle, y soy de un pueblo de la Mancha, provicia de Toledo; concretamente de Yuncos.
--Por aquella parte de España también habrá olivares,¿no?
--Sí, pero aquello no tiene comparación con lo que existe por aquí. Es un terreno casi todo de tierra calma con extensas llanuras y, aunque hay algunos pequeños pagos de olivos, eso es nada de nada comparado con esto de la provincia de Jaén,y, los que entienden algo de la materia, dicen que el aceite que produce aquello es de baja calidad. Yo, desde luego no entiendo nada de esta producción, aunque me gustaría saber algo de ello.

Pues verá usted, Conrado, yo puedo contarle algo de lo que aprendí en esta finca que fue de mis abuelos, luego de mis padres y ahora, por suerte, es mía.
Yo mismo trabajé aquí de joven, pero cuando muchacho, mi abuelo me enseñó e instruyó
de todo el macanismo de estas labores que también tienen su aquello de aprender. Tendría yo unos diez u once años, cuando mi abuelo Juan me explicaba todo el dasarrollo de la molienda y extración del aceite en aquellos tiempos que, ya son muy distintos a éstos. Se me viene ahora a la mente el primer maestro de molino que yo conocí aquí. Se llamaba Ataulfo y era de Cuenca; pues según mis ancestros decían que no llegaban comprende muy bien el porqué los maestros solían venir de Castilla, aunque los oficiales y contramaestres era de aquí. También lo eran los ayudantes y los "cagarraches" como vulgarmente se les llamaba a los peones. Éstos hacían diversos oficios: husilleros, para manejar las vigarras; un peón de patio que cargaba las espuertas en el troje; un atizador que arrimaba las aceitunas a la piedra moledora; el tolvero, que llenaba la tolva del empiedro; el mulero, y otros.
Durante meses lo único que se oía aquí en el molino era el run-run de los rulos de día y de noche, la masa o vianda iba saliendo de la piedra, y cuando el maestro decía que estaba hecha, el cagarrache ponía el primer capacho en la regafia y vertía cubos de masa para que el maestro la extendiera homogéneamente por el esparto.. El conjunto de una presión es el cargo, pero tabién, según los sitiso le llaman pie, cabeza o tarea.

Conrado poniendo toda atencióna decía:-- qué curioso es todo ésto- además de admirar la memoria del señor Apolonio recordando aquello que sus mayores le habían enseñado.

Ya en mis tiempos--contiaba el dueño del molino-- sólo existían para el trasporte los sacos de esparto a lomos de las mulas. Había un montón de acarreadores que no paraban de coger aceitunas en los tajos que, luego, en algunos molinos se formaban colas de recuas hasta de un kilómetro de largo, esperando turno para pesar y vaciar la aceituna en los trojes que iban creciendo como una negra montaña, hasta alcanzar diez o más metros de altura, porque con los malos apaños de las fábricas de entonces, no se daba abasto, aunque trabajaban turnos de día y de noche.
Pues una vez molida ya la pasta resultante, pasaba a la prensa de viga que apretaba la prensa de capachos contra una piedra de solera (regafia) circular con un canal en su entorno que escurría el aceite sobre el ragatillo del depósito de decantación, del cual se retornaba el aceite y se filtraba antes de guardarlo en tinajas etc,etc,.

Llegó aquí la extesa explicación del señor Apolonio recordando los antiguos manejos de aquel laborioso trabajo y le preguntó Conrado: -Aún siguen todos estos apaños en vigor?
--No, amigo, ahora todo es más fácil. Ya existe la prensa hidráulica y lo demás todo es eléctrico...

Allí en la amplia cocina continuaba la fiesta de la gente joven. De la garrafa que había sobre el poyo, se iba llenando un botijo de los vidriados de Bailén, de aquel vinillo qu estaba viniendo como el aceite a las espinacas, que en su recorrido de ronda no pasaba dos veces por el mismo sitio en que ya no estuviese vacío. Aquel líquido dorado le iba poniendo a tono a todos y no dejaban de cantar y bailar aquella especie de seguidillas manchegas, mezcla de jota aragonesa con tintes de sevillanas.

A todo aquel trajín le sucedían las letras picarescas que la ingeniosa gente del campo suelen componer para dar un tinte amoroso o malintecionado de índoles eróticas, algunas, con lo que ellos, ya calentones, disfrutaban como enanos. ¡Eran seres humanos que nada ignoraban..!
Una joven muy resueltacomenzaba diciendo con su letra.

"En un sitio muy oculto
tengo un tarrito de miel;
no se lo digas a nadie
que nos lo hemos de comer."

A lo que contestaba Juanillo, un cagarrache atrevido y nerviso que poseía cierta gracia.

"El pimiento ha de ser verde;
el tomate colorao;
el pepino largo y tieso
y el higo negro y rajao"

Otra vez se llenaba el porrón de vino que, en dos rondas había quedado más vació que la cabeza de don Quijote.
La casera no dejaba de freír los torreznos de panceta magra, los chorizos de pimentón y la morcilla de cebolla. Aquel festín cada vez se animaba más y se sucedía el baile y las coplas pero sin dejar de beber y comer.

Ahora era otro mozo el que cantaba esta otra copla:

"dieciseis años tenía
la niña que me lo dió;
pero sentía lo mismo
que una persona mayor"

Otra vez había que llenar el botijo para hacerle pasar a la morcilla y la panceta por las doloridas gargantas, de tanto cante... La fiesta se iba desbordando, y las féminas que en reunión son el mismo demonio en acción, ya estaban tramando algo que Juanillo jamás sospecharía.

Los instrumentos "musicales" que, durante la temporada de recolección habían estado descansando en los atillos de cada aceitunera, ahora se estaban desquitando de todo el tiempo de inactividad.

María tocaba sin descanso su pandereta adornada de papelillos de mil colores; Isabel, sus palillos de pequeños platillos de latón, capaces de romper el tímpano de un elefente; Aurora no tenía "instrumento... musical" y echaba mano a una sartén y una cuchara formando un estruendoso escándalo; Lines manejaba sus castañuelas con una habilidad de profesional; era esta muchacha de un físico tan atractivo que dado a la ingenuidad con que actuaba, le hacía creer a Juanillo que estaba "pirrá" por él, y éste que se lo creía, siempre estaba a su lado dándole la bulla, pero ella era más formal de lo que los demás se creían. Sus chistes tenían mucha gracia y también se inventab sus atrevidas coplas:

"no hay especie como el ajo,
ni fruta como el madroño,
ni mujer que no se alegre
cuando le tocan el...moño"

miércoles, 20 de enero de 2010

EN ESTADO DE COMA-- CAPÍTULO XIII

después de comprobar que todo había sido un falso sueño, no le cabía más que levantarse y si se encocntraba con ánimo y fuerza suficiente para coger la moto, salir a lo suyo, a vender. Pero, no. No podía. se tanteó las fuerzas, y estaba más flojo que un churro frío. Anduvo por la cocina unos momentos y vio a Dora cómo se disponía a servirle el desayuno, aunque él a penas tenía gana de echarse nada a la boca...¡Otro día perdido!Su negocio se estaba tambaleando como un borracho; se estaba viniendo abajo además de encontrarse un tanto molesto en aquella pensión. Todas las noches veía o, se imaginaba(que es peor que ver)que en aquel caserón tan grande debías ocurrir algo extraño que él no llegaba a entender y le estaban molestando sus sentidos.

Casi sin abrir la boca se desayunó aquel tazón de malta migado con un mendrugo de pan de avena, y con cieta desazón hincó los codos sobre la mesa y se puso a pensar en cosas pasadas. Veía con los ojos del recuerdo cuando llegó a aquel pueblo y emprendió su vida como vendedor ambulante, y cómo se le venían a sus manos la suerte de la venta de sus artículos que a diestra y siniestra vendía en un santiamén todo cuanto llevaba en su maleta. Mas, aquello veía como iba pasando a la historia, comprobando que su ruina comercial se acercaba cada vez más. ¡Su negocio estaba dando los últimos suspiros..!

Allí continuaba Conrado pensativo, sin saber concretamente el motivo de aquel bajón que había sufrido en su ánimo; se le viniero a su memoria varios hechos acaecidos en su pueblo natal que ya parecía que lo estab añorando.
Recordaba cuando en su pueblo se rumureó un extraño comentario que la gente no dudaba en darle crédito, pero que no dejaban de hablar borrosamente del asunto.
Aquello llegó a los oídos de don Jesús, el curas de aquel lugar, un vejete de sotana raída y deshilachada en sus flecos, pero que además de su experiencia era una persona muy inteligente,(porque sabido es que a la Iglesia sólo le interesan los listos y los dineros)ya que para los demás existen otro oficios que también hay que cubrir.

Un día cogió por una oreja a pepillo, el monaguillo de la parroquia, aquél que un día sí y otro también metía mano en el cepillo, y le dijo:--Ven pa cá so, pícaro. Me vas a hacer una favor. Búscame por donde sea una piedra no muy grande, que yo la pueda manejar bien en el púlpito.

Pepillo pensaba: ¿para qué querrá don Jesús una piedra?

Llegó el domingo y la Iglesia estaba repleta de fieles. Todas las bancas ocupadas y mucha gente de pie en los laterales de la casa de Dios.
Cuando don Jesús terminó el sermón sobre aquel viejo púlpito, dijo: --queridos hermanos ahora mismo tengo que averiguar una cosa muy desagradable que ha ocurrido en este nuestro pueblo. A Frasquito "Pollablanca" le han sustraído el cochino que tenía para la matanza de hogaño... Se oyó un leve murmullo entre las bancas de la parroquia, pero precisamente no era por nombrar el apodo de Frasquito, ya que la gente castellana sabe que una polla es una gallina, y ellos sabían de viejos comentarios cuando una gallina se presentó en el corral de el bisabuelo de Frasquito toda blanca desde las uñas a la cresta y a eso ellos no le concedían importancia, sino que la palabra sustraído no la habían escuchado nunca. El vecindario de Yuncos sabía lo que era robar, hurtar, menguar etc., pero eso que había dicho don Jesús ellos no lo entendían.
El párroco viendo el desconcierto de los los feligreses, se aclaró y dijo nuevamente:
--Quiereo decir que a Frasquito le han robado el cochino de su mismo corral.
Entonces, los asistentes a la misa respiraron profundo a la vez que se extrañaban de tamaña mala obra. Pero como el viejo cura poseía cierta habilidad y, sobre todo, apoyándose en Dios, porque eso es lo normal entre sus ministros, se le ocurrió una soberana idea y dijo forzando un tanto su deteriorada garganta: --con esta piedra que tengo en la mano, (y la hacía sonar sobre el tablero del púlpito) y la ayuda de Dios que la dirigirá al ladrón, sabremos quién es éste. Hizo un además de lanzarla sobre los fieles, y uno de ellos se cruzó el brazo subre su rostro y se agachó. Entonces dijo don Jesús con toda prudencia: ya sé quién es el que se ha llavado el cochino de Fraqsquito...¡Podéis ir en paz!

Conrado con el mal cuerpo que tenía aquel día, no sabía cómo se le venían en aquellos momentos tales recuerdos a su cabeza, pero eran cosas acaecidas en su pueblo, e igual que se le vino a su mente ésto, se le pudo venir otra cosa.
Alzó los codos de la mesa y pensó que no tenía más remedio que salir a vender contra viento y marea para agotar al menos el género que tenía almacenado. Aunque aquella zona la tenía bien pateada, buscaría nuevos horizontes para seguir con su negocio adelante hasta que Dios quisiera.
Salió, pues, al día siguiente tomando otra ruta distinta. Aunque él no estaba muy versado en los conocimientos de orientación cardinal, tomó un camino opuesto a la salida del sol. Es decir, que se puso a caminar hacia occidente.

Su motocicleta daba de vez en cuando una explosión al carburador y, por consiguiente el conocido fallo anunciaba que la dichosa perla, esa bolita que se forma entre el electrodo central y el de masa de la bujía por efectos de la mala combustión de los motores de dos tiempos, ya estaba apareciendo e iba a detener la marcha de lamoto. Antes de pensarlo dos veces dejó de funcionar y la moto se paró precisamente al entrar en un puente que vadeaba la madre vieja de un arroyo sin agua. Conrado ya estaba harto de aquella maldita avería. Metió mano a la herramienta y solucionó el problema, pero antes de montar en ella otra vez para seguir el camino, se le antojó oír el llanto de de un niño debajo de aquel viejo puente. Terció su cuerpo sobre el tretil del mismo, aguzó el oído y efectivamente allí lloraba un niño a la vez que decía: mamá tengo hambre, tengo frío. Aquellos lamentos de necesidad calaron en la conciencia del vendedor, y a trompicones bajó el terraplén hasta llegar debajo del puente donde, una débil mujer abrazaba a su hijo intentando calmarle aquella necesarias peticiones, y derramando lágrimas en silencio sin dejar de acariar a su hijo que no dejaba de clamar: -mamá tengo hambre y frío-.

La cultura de Conrdo estaba muy lejos de su instrucción, pero sus humanos sentimientos los tenías a flor de piel y su saber natural le aconsejaban y le decían: ¿Si Dios está en todas partes, por qué no está aquí presente ante esta desgracia humana? Pensó más profundamente y se imaginó que Dios, que es el padre de todos los seres de la Tierra,en esos momentos debía esta más ocupado en atender a otra extraña religión que, posiblemente estaba gestando una guerra para asesinar a los pobladores del país vecino y, como es costumbre en todos los que provocan esas catástrofes criminales lo suelen hacer en nombre de Dios...

En esos precisos momentos Conrado no podía disponer de las atenciones del Altísimo, pero su dios interior, que es la cociencia de cada ser, estaba dispuesta a la ayuda de aquel inhumano cuadro viviente. Desmontó la maleta de su moto y la ocultó bajo la broza de aquel arroyo y con grandes esfuerzos sibió el terraplén con aquellos dos hijos de Dios que en aquelos momentos se encontraban sin su ayuda.
A la mujer la acopló en el portacanastos y al niño lo puso sobre el depósito de la gasolina y arreó con ellos para la pensión del SOCORRO. Llegando le dijo al "doctor" que atendieran a aquellos hijos de Dios que, por el momento sólo eran de la desigualdad humana de este embustero mundo.
Todos los gastos que ocasionase aquella familia que los cargara a su cuenta.

Conrado volvió a buscar su maleta, la moontó en su moto,y continuó su camino buscando clientela; mas aquellos lamentos de aquel pobre niño, se le habían metido en sus sentidos y no podía caminar más. Sólo se preguntaba para sí: pero,¿Dios mío a dónde estás?

Aquel día ya tampoco pudo encontrar ningún sitio donde poder vender algo. Se volvió hacia la pensión a ver como habían sido atendidos aquellos dos desgrciados... Mañana sería tro día!

EN ESTADO DE COMA-- CAPÍTULO XII

Aquello ya no era como cuando él llegó a aquel pueblecillo. Las circunstancias le iban trocando el pasodoble de sus negocios. Unos días por la lluvia, otros por los malos encuentros que tenía con gente como el loco aquel que quería matar al hijo del alcalde y otros más por otras causas.

Incluso aquella charla que mantenía con el "doctor", que un día llegaron a entusiasmarle tanto, ya las oía como una música trillada; pues teniendo noticias de que aquel viejo estaba como una "regadera", para él sus charlas iband decreciendo e iba dejando de confiar en la autenticidad de sus palabras.

Pues aquel anciano, cuando se encontraba bajo la normalidad mental, la seguía enredando con el vendedor dándole la tabarra con sus manías del cerebro y otros órganos del cuerpo más ocultos.
ahora le dió por explicarle sobre la sexualidad de las personas e incluso de los animales.

Uno de aquellas noches estaban sentados junto al fuego, disfrutando del calorcito de aquel troco de olivo, y el "doctor" sin más preámbulo rompió fuego diciendo que el sexo está indisolublemente unido a la naturaleza humana, y es algo tan primitivo como ella. Pero además de ser vertiente biológica, posee otros aspectos que van mucho más allá de la reproducción. El ser humano es complejo--segía explicando-- y, por tanto, su manifestación sexual también lo es. Abarca aspectos psicológicos, emocionantes, y sociales y es una actividad capaz de producir placer, general amor, desecadenar anciedad e impulsar el odio... La capacidad para reporducirnos y los cambios fisiológicos modulan un sistema hormonal y una serie de controles nerviosos. Pero la sexualidad humana a diferencia de la animal, está más influida por estímulos ambientales, como pueden ser los patrones culturales, el aprendizaje social, la familia, la escuela o los medios de comunicación, que por los niveles hormonales o los centros nerviosos.

A Conrado parece que allo no le interesaba mucho y quiso interrumpirle con otros temas,pero al "doctor" no había quién le callase en aquellos momentos y continuó diciendo que si un diccionario médico puede definir el sexo de una forma prosaica como"condición orgánica que distingue el macho de la hembra", es evidente que los términos "sexo" y "sexualidad" tienen muchas más acepciones y, sobore todo, muchas más dimenciones que la estricta diferenciación entre el masculino y el femenino...

Este "medico" o lo que el se creía ser, no se cansaba de hablar ni, en su defecto se le ocurría hacer una pausa para recordar aquello que en sus días había estudiado. No, hablaba ininterrumpidamente como el que recita una poesía de memoria.

Conrado se preguntaba para sí.Pero,¿es podible que este viejo pueda tener una memoria tan lúcida y preclara? Este hombre está loco de verdad, o su verdad es una locura...

Pero el hombre seguía con su interminable monólogo del sexo; sí, el sexo es algo indisolublemente unido a la naturaleza humana y tan primitivo como ella, pero al mismo tiempo, ha evolucionado lo mismo que nuestra especie y se ha adaptado a la copleja realidad de la condición humana con todo su entramado biológico, emocional y social. Desde el momento que el ser humano es capaz de organizar su pensamientos, expresar sus sentimientos y planificar la naturaleza para adaptarla a sus necesidades, logra escapar de la esclavitud biológica de la sexualidad para trascender a algo que le lleve más allá de la mera reproducción.

El pobre Conrado, si no había oído hablar del cerebro, tampoco sabía una jota de este tema. Sí, él también sentía esa necesidad fisiológica como la de comer, pero los recovecos de su función,¡él cómo iba a saber nada de eso!
Cuando él sentía la necesidad de esa "necesidad", hacía lo que podía hacer y todo ser humano que produzca testosterona. Pero el mecanismo de ello él no lo entendía ni mucho menos. Conrado desde que quedó huérfano y pudo empezar a defenderse en la vida lo único que sabía es que había que comer y tenía que trabajar en lo que fuera, y aún siendo un niño le atacó la condición de comerciante y se puso a vender chuches por las calles de su pueblo. Avellans,pipas, chochos, caramelos, regaliz y otras minucias para la gente menuda. Pues nunca tuvo tiempo de pensar en el amor, pues para todo en la vida hay que disponer del necesario tiempo y ocasiones temporales,y, por lo cual, aquel monólogo del "doctor" le hizo bostezar dos otres veces seguidas y el viejo se dio cuenta que su "habitual alumno" tenía necesidad de irse a dormir. Así que puso fin a su discurso, cerró el libro, se levantó de su asiento, y dando las buenas noches se alejó entre la confusa luz, camino de su aposento.

También Conrado se fue a dormir, pero el sueño parecía como si se hubiese ido de vacaciones. Entraba algo de luz por la ventana de su dormitorio y aquello asimismo contribuía a su desvelo.
Pensando en lo que el "doctor" le había explicado respecto al sexo, se puso a cavilar sobre ello, pero a él se le habían olvidado hasta aquelas palabras tan complicadas que pronunciaba el "doctor". No podía coger el sueño, aunque allí debajo de la chimenea hubiese dado muestras de que tenía necesidad de dormir, o que más bien estaba aburrido de aquella charla. Ahora se daba en pensar en otras cosas de más provecho para él, y en el sepulcral silencio sintió como si una persona respirase profundamente a su lado. Puso máxima atención a aquel extraño ruido y cada vez lo oía con más claridad. Se sentó en la cama donde aquel duro colchó de borra le tenía los huesos molidos, y parecióle que el extraño ruido había desaparecido. Se serenó un poco y nuevamente se echó en la cama a ver si podía coger el sueño. Pero, ¡qué bah! Nada más ponerse en posición horizontal comenzó de nuevo a oírse aquella agitada respiración. ¡Dios míos, que será ésto! --pansaba--.

Ya casi al venir el nuevo día, el rendimiento fisico le dejó dormido, pero otra enorme pedadilla le abordó sus sentidos:
Veía la hoja de la navaja que vendió al arriero, cómo chorreaba gran cantidad de sangre. Su dueño aún la tenía empuñada, y a sus pies estaba agonizando el hijo del alcalde, aquél que quiso quitarle su novia. Un corro de gente cercaba al moribundo gritándole al homicida: "canalla, asesino, hijo de mala madre,, crinal, drope, bandido, loco..." el policía municipal del pueblo le esposaba de ambas manos a la vez que le preguntaba dónde había comprado aquella descomunal navaja, el arma homicida.

Conrado en su subcosnciente, ya se veía complicado en el asesinato, y con un nudo en su garganta y un tremendo peso sobre su pecho que le ahogaba, dio un tremendo grito de angustia y, sin saber cómo, se vio sentado en la cama. ¡Dios, aquellas pesadillas la habían tomado con él y le iban a llevar a la tumba un día cualquiera!

martes, 19 de enero de 2010

EN ESTADO DE COMA-- CAPÍTULO XI

- Cuatro pesetas
-No me la pue dejá en menoo?
-Bueno, le quitaré dos reales.
-vale, me la queo.

Una vez que la tuvo en sus manos, mirando a las alturas del cielo dijo: po erdio que noalumbra, con eeta juro que le sacaré laa tripaa a ese canaya que amieparda ronda a mi María Doloree.

--Por Dios, muchacho, ¿qué dices?
-Lo que oté oye. Esemarnasío me va a bucar una ruina; e un traidó que me quie quitá a la novia.

--Mira, muchacho, ninguna mujer ni, en su defecto ningún hombre, (en caso contrario) merece jugarse la vida ni ir a la cárcel por el sexo contrario. Hay muchas mujeres para obsecarse sólo por una.
-Sí que la abrá, pero como mi María Doloree, no.

--De todas las maneras que lo mires, yo te aconsejo que eso que piensas lo tienes que desterrar de tu mente. No ves que vas air a la cárcel?
-Pué a lo mejó ni voy, y jago lo jiso Fraquito Jimenes.
--Y quién es tal Jiménez?
--Ya no e ná.Jué aquer que la jente llamó Curro Jimenes, er barquero de Cantillana. oté no lo oyó nunca metá?
--Pues, no.

Yo se lo voy a contá a oté, porque a mí me lo contó un vesino de aquer pueblo que er año pasao etuvo aquí vareando acituna y yo me ise su amigo, porque contaba cosaa mu curiosaa y unaa itoriaa que a mí me guutaban muncho y entre tantaa me contó eeta:
Resurta que fraaquito tenía una novia que se llamaba Maricarmen, mu guapa y guen tipo,y er hijo der arcarde se la quería quitá, iguar que su canaya de padre le quitó la barca ar padre de Fraquito, porque dijo que ya se bahía terminao er contrato, y er pobre se queó sin trabajo y con su madre enferma. Una noche eetaba Fraaquito pelando la pava con Maricarmen en la reja, y pasó un empleao der ayuntamiento y se lo dijo ar arcarde y éete a su hijo Enrique, que asin se llamaba ermanasío. Eete jué abucá a su doo primoo y cojieron a Fraaquito deecudiao y le dieron una palisa entre loo tree que lo dejaron derrengao. Como puo se jue a su casa, y la probe de su madre llorando a lagrima viva lo cudiaba con pañoo de arnica to too esoo remdio caseroo que ante consían la jente deloo puebloo. Cuando Fraaquito se repuso de la cobarde palisa, jué y se compró una navaja de siete muellee, se jué a casa der arcarde, entró, le pegó un tajo en toa la cara que lo dejó señalo pa siempre.
Se salió corriendo de la casa y se topó de cara con er hijo y le metió en la barriga unaa pocaa de puñaláa que allí lo dejó frito. En la plasa se encontraban loo doo primoo de éete y a loo dood loo mató. Entonsee se tiro ar campo y jué derecho ar cortijo der arcarde y le metió juego, y como se ve ya eetaba juera de la Ley.Formó una cuadrilla de amigoo y aí comensó su vía de bandolero; uno maa que la injuutisia de aquelloo tiempoo isieron en Andalusía... Asín que como a mí esa iitoria me guutan muncho, no me importa jasé lo mesmo si viene ar caso, porque eete ijo de malamadre tanmién e ijo der arcarde de mi pueblo. Pero a mi Maria Doloree no la cata ese, poque le echo laa tripaa juera...

A este momento ya estaban los dos hombres liando un cigarro amistosamente, y Conrado no dejaba de aconsejarle que olvidara aquello y se quitase esas ideas de la cabeza, pero aquel arriero de poco seso, abrió la navaja y simulando lo que quería hacer al que quería quitarle la novia, apuntó con ella a la barriga de Conrado, y cuando éste vió aquel además y la navaja tan cerca de sus tripas, echó a correr camino adelante dejándose atrás su moto y la maleta, mientras el futuro asesino del hijo del alcalde le dió un ataque de risa diciéndole a Conrado a voces que aquello no era con él, que sólo era un ensayo de lo que pensaba hacer...
Volvió luego el vendedor enterado ya de aquella pesada broma del arriero, mientras se decía para sí: ¿y por qué no ensayas con la que te parió, "so peazo" loco?
Conrado echó mano a su moto para alejarse de aquel sujeto, pero le detuvo intentando contarle otra historia de bandoleros...

Por fin se pudo escabullir de las inmediaciones de aquella "bestia vestía", y el arriero sin dejar de reír, puso en marcha su recua de burros, y quizá pensando en su María Dolores.

A conrado se le quitó la gana aquel día de buscar clientela, y cuando el arriero torció su camino en otra dirección, salió Conrado de detrás del olivo en que se había ocultado y se regresó para la fonda.

Todo lo que restaba del día se lo pasó ordenando su género sin dejar de pensar cómo hay gente tan loca todavía que piense matar a otra persona por conservar su amor...¡y es que el amor no deja de ser un grandísimo demente!

Aquella noche, cuando llegó la hora de la cena, Dora le servió al viajente un rebosante plato de calandrajos, especie de una pasta aderezada con otros sustanciosos aditivos que en la zona de la capital del Santo Reino es comida muy común y celebrada en la mesa.
Después encendió un cigarro y se dirigió a la chimenea, buscando, como siempre, el calorcito del troncón de olivo que allí ardía constantemente.
El "doctor" no llegaba, ni Dora se veía por allí en aquellos momentos. La cuadrilla de picapedreros nunca tomaron partida de aquella tertulia; tenían un trabajo muy pesado y de la mesa pasaban a la cama.
Conrado se fumó el cigarro a la espera del "doctor" que demoraba su presencia,pero por lo visto éste no tenía ganas de conversación aquella noche, y aunque Conrado ya sabía de su manía, no le sabía mal que apareciera por allí para pasar el rato con su charla del cerebro y otros órganos del cuerpo, aunque todo aquello que explicaba tuviese o no algo de verdad, pero le distría oirle. Se dispuso a liar otro pitillo, lo fumó asimismo y, sin saber la causa, le vino a su pensamiento la pesadilla que había tenido noches anteriores, y desparramando la vista hacia los extremos de aquella inmensa cocina bajo la penosa luz del quiqué, se imaginó ver una sombra que a intervalos pupulaba por sus inmediaciones. Comenzó a erizársele el vello y la gorra le parecía que se le salía de la cabeza, tal como si en su entorno anduviese un lobo rondando alguna pieza comestible. Es decir, que se encontraba totalmente alobado. No tenía aliento de levantarse de su asiento para irse a la cama, y por unos momentos pensó pasar la noche allí debajo de la chimenea hasta que amanecieran las claras del día y éstas le diesen el ánimo que había perdido en aquello ratos de soledad nocturna y pensando en cosas extrañas. Quiso levantarse para atizar la lumbre, mas con extraña sorpresa y miedo pudo comprobar que sus miembros inferiores estaban como amrrados a la su silla... ¡Dios mío! ¿Esto que es? ¿El cerebro también me ordena que no me mueva de mi asiento? ¿Por qué? ¿qué le he hecho yo a mi cerebro? Según el "doctor" mi cerebro soy yo, y yo, mi cerebro.¿Por qué no puedo disponer de él en este trance? Asimismo le vino a su mente el nombre de aquella pensión. ¿Por qué se llamaría el SOCORRO?¿¡Habría ocurrido por aquellos alrededores, en otros tiempos, algún criminal duelo y el mal herido lo habrían llevado allí a curarle o habría muerto y aquello estaba encantado desde aquellos tiempos? Todo lo amasaba en su magín mezclando unas cosas con otras, y se acordaba de la formas de hablar el "doctor" con aquella naturalidad con que lo hacía sin el menor prejuicio. Aquello ya le estaba resultando a Conrado un poco enredado. Empezaba a serle un tanto raro las cosas que pasaban en aquella casa. En este mar de dudas se encontraba cuando las clara del día empezaron a dejarse ver por el amplio ventanal de la cocina...¡ Qué noche más horrible se habías pasado! Mas al poco se tranquizó y se felicitaba del amanecer del día que le ayudaban delucidar un poco su mente. No era precisamente un día claro del todo, pues unas pardas nubes se fueron corriendo a través del espacio visible. Se le fue olvidando aquella pasada noche y se dispuso a organizar su trabajo; fue a echar mano a su maleta para momtarla en la moto, pero dudó unos momentos al ver que las nubes crecían y se ponían mas parda aún. Al poco, San Pedro estornudaba y el suelo se fue cubriendo de agua. La lluvia cada vez arreciaba más y el día ya lo daba por perdido. ¡Todo empezaba a ponérsele de espaldas!















































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EN ESTADO DE COMA--CAPÍTULO X

A Conrado no le pareció mal la confesión de su patrón, pues él a parte de fumar algún cigarrillo,(siempre después de comer)tampoco tenía mucho compromiso familiar, y su vida se deslizaba todo lo feliz que sus cadenas, esas que todos arrastramos sin darnos cuenta, le permitían. Sólo de vez en vez, cuando su motocicleta se ponía en rebeldía, entonces se pasaba algún mal rato.

Al día siguiente, como de ordinario, salió Conrado con su industria a lomos de su moto por uno de aquellos caminos, y al cabo de una media hora, llegó a un pequeño poblado. En el centro de la plaza unos hombres hablaban en voz alta sobre las injusticias de la Administración. Cómo tenían olvidados a los pueblos pequeños, mientras en las grande urbes disfrutaban de todo beneficio de la contribución de los demás habitantes del país...¡El eterno abuso de los que mandan!--se lamentaban--.

Se aproximó el vendedor a donde éstos estaban, les dio los buenos días y acto seguido trabó conversación con ellos ofreciéndole sus artículos.
Uno de los cuales, posiblemente el pregonero de aquel poblado, sacó un silbato del bolsillo de su pelliza, y haciéndolo sonar, comenzaron a abrise las puertas de las próximas casas, que se fueron extendiendo por las demás de aquel ventorro, y una almáciga de mujeres mayores,(las jóvenes estanban en la aceituna) aparecieron a aquellas llamadas del silbato y, en un santiamén cercaron al vendedo ambulante.
Allí, en aquel lugar tan pequeño, increiblemente, Conrado dio un golpe de suerte más a su "industria". Entre relojes,pulseras, zarcillos, navajas y también alguna que otra prenda de vestir que quedaba en el fondo de la maleta, dejó ésta totalmente vacía.
Pues ya no podía continuar hacia adelante por falta de género. Se volvió más contento que las castañuelas de... una bailaora, y nada más llegar a la pensión le notificó Dora, que el cosario había dejado unos paquetes para él. Los inspeccionó y efectivamente procedían del pueblo valenciano donde tenía su proveedor.

Llegó la noche, cenó Conrado muy contento el plato de habas secas que Dora le sirvió, y tras dar varios paseos por la amplia cocina fue asentar sus posaderas a la querencia del calor de la chimenea, encendiendo su cigarrito.

Unos minutos después se personó el "doctor", y empalmaron la conversación que unas noches antes quedaron en el aire, y el señor Joaquín le anunció que le iba a hablar de algo interesante de lo que él impartía a sus alumnos.

Al llegar a este punto, recordó Conrado lo que unos días antes le había confesado Dora "secretamente". Mas el comercial no queriendo insinuar nada con palabras ni gestos, le contestó que, como siempre, le escucharía muy atento... ( Aquí dice el autor que estas palabras las dijo Conrado con cierta ironía) pero con la discreción que aconsejan las buenas normas de educación, le siguió la corriente.

Comenzó diciendo el "médico" que el último componente de la familia de la seretonina, quizá uno de los neurotransmisores de más rabiosa actualidad, ya que se le ha implicado en el control del dolor, del tono postural de la inhibición del hombre y del sexo, de frenar la impulsividad, amén de modular el estado de ánimo; por lo cual, las sustancias que incrementan su acción (impidiendo la recaptación del axón y aumentando la oferta en la sinapsis) se han utlizado no sólo como potentes antidepresivos, sino también para controlar los impulsos excesivos o las compulsiones. La seretonina, esta dama de actualidad, proviene fundamentalmente, ¡oh paradoja! de la dieta habitual, (cereales y leche sobre tdo) y, en concreto de un aminoácido presente en estos alimentos(el triptófano)que posee hasta diez receptores distintos y se encuentra localizada sobre todo, en el tronco cerebrar desde el cual se distribuye a todo el cerebro.
Fíjese ahora, amigo Conrado, --contihuó el "doctor"-- lo que son las ignorantes costumbres de los antiguos y no tan antiguos, en las creencias (se puede decir del mundo occidental) de tomar leche antes de acostarse que, quizá provenga del acervo popular que sigue sosteniendo que la acción de este alimento (rico en triptófano) ayuda a anunciar un sueño reparador.

Llegando a este punto dijo Conrado: - Señor "doctor", esa opinión es muy extendida por mi pueblo, y si la leche está calentita, mejor que mejor.

--Bien, Conrado, pero sin embargo no está demostrado científicamente; pues la seretonina no proviene de los alimentos, sino de una glándula situada en el mismo cerebro denominada epífisis o glándula pineal.

--Bueno, "doctor", pero lo de la leche ¿es verdad o no es verdad?
--Ya le he dicho que no está demostrado.
--Es decir, que es mentira.
--Tampoco he dicho eso ni lo diré; pues en todo caso podría decir que no es exactamente cierto, ya que esa forma tan tanjante y un tanto vulgar, yo no se lo suelo decir a mis alumnos.

Ya era más que seguro lo que Dora le había comentado con respecto al señor Joaquín. Estaba más que contactado que aquel viejo no estaba bien de la meolla y, aunque a él le distrajera oirle hablar de esas cosas que, por supuesto no entendía nada, ya empezaba a dudar de muchas de sus palabras y, sobre todo en aquellas que siempre acababan en "ina"...

Poco más duró aquella noche la charla entre aquellos dos hombres, pues el "doctor" con una tranquilidad pasmosa se llevó una mano a la frente, como aquél que repentinamente recuerda algún olvido, dijo:
--Amigo Conrado, acabo de de darme cuenta que a uno de mis discípulos no le he revisado el trajao de las clases de esta mañana. Se levantó de su asiento y dando las buenas noches se dirigió para su "Universidad".

Conrado echó una mirada hacia el techo y pensó qué le rondaría al señor Joaquín por su mente para creerse tando disparate.
También se fue éste para su dormitorio pensando qué camino tendría que emprender al siguiente día para seguir con sus ventas.

Salió al fin por uno de aquellos lugares trillados por aceituneros y otras gentes de campo que por allí se buscaban la vida. Al poco de caminar con su vieja moto, vio venir una recua de burros con sus serones vacíos. Eran los que llevaban a aquella carretera la piedra que los picapedreros deshacían a golpes para adecentar la única vía de tránsito de los pocos autos que por ella sirculaban y que por aquellos tiempos existían.
El arriero de aquella recua de burros, un monzangón de pocos años y poco seso, cuando vio venir en dirección contraria a aquel sujeto con una moto por aquel infernal camino, se quedó un tanto extrañado al ver que por aquel terrizal pudiese circular un artefacto rodante. Voceó al burro liviano para que se detuviese, y cuando él, que montaba el último, se encontró a la altura del motorista, le preguntó:
--¿A ónde va osté poraquí conese cacharro?

--Soy vendedor ambulante y voy buscando alguna cuadrilla de aceituneras por ver si le puedo vender alguna cosa de las que llevo en mi maleta.
--¡Y qué lleva?
--Muchas cosas y variadas.
--Me pue enseñá argo de eso?
--Pues claro que sí! Abrió Conrado la maleta, y nada más ver el arriero una enorme navaja que sobre los demás artículos estaba, dijo aquel mocetón:--Esa e la má grande que lleva y cuanto vale?

lunes, 18 de enero de 2010

EN ESTADO DE COMA-- CAPÍTULO IX

¿Cómo ir y volver con la rueda a cuestas? ¡Imposibble! Tenía eue buscarse un medio de transporte. Preguntando aquí y allá, un vecino de buena fe le resolvió ese problema. Le prestó una burra para que hiciera el viaje. El mismo dueño de la pollina le aparejó el animal, y Conrado montó en ella con la rueda terciada sobre la parte anterior del aparejo. La burra era más lenta que una tortuga con artrosis y, además se encontraban padeciendo los tormentosos efluvios del amor. Sólo hacía mascar y hechar babas por la boca, y por más que Conrado la aguijoneaba para que anduviese más aprisa, ella no estaba dispuesta a cambiar de paso.

Diose el caso que por el mismo camino, en dirección contraria, venía un recovero con un hermoso garañón donde traía sus angarillas y cenachos repletos de huevos para abastecer a aquella comarca.
Al llegarle al hermoso asno aquellos provocadores olores que desprendía aquella ejemplar hembra, comensó a sentir los desos de la sexualidad, y alzando el belfo superior, donde mostraba sus amarillentos y almendrados dientes, comenzó a impacientarse y a dar unos rebuznos escandalosos y unos movimientos tan brutales
que, el dueño tuvo que apearse y tomar tierra porque ya no podía sujetarlo. Y ya en el suelo lo cogió del cabestro fuertemente, pero el semental ya armado... caballero no lo sujetaba ni la madre que lo había parido. Como cada vez le llegaba más cerca el viento que desprendía la receptiva burra, en un racoveco del camino apareció ésta con Conrado a sus lomos y la rueda de la moto, el asno dio una rara y extraña cabriola, y deshaciéndose de su dueño se fue con todos brios en busca de la solícita hembra que, al ver aquel "mocetón" de burro, se abrió de patas y el macho se lanzó sobre ella dando en el suelo con Conrado y la rueda, y buscando la parte opuesta a la boca de aquella deseosa "amiga", le echó las patas delanteras sobre su grupa y se le vino la carga hacia atrás dejando sobre el camino una enorme tortilla de cascarones y llemas.
Visto ésto por el recovero, montóse en un cólera de nervios cualpando a Conrado de aquel desastre que hacía desaparecer su industria. Conrado decía que la burra no era suya y que él no tenía la culpa de lo ocurrido. Pero al recovero cada vez se le desataban más los nervios estando a punto de volverse loco; pues echó mano a una soga y se fue directo a una encina para ahorcarse viendo la ruina que le había proporcionado aquel desgradable encuentro con aquella burra.
Conrado le daba voces desde el otro lado del camino diciéndole que si por los huvos se iba a ahorcar, a lo que repondía aquel furioso hombre diciendo que no era por los huevos, sino por el pezcueso.
Conrado quería aclararle que no había dicho aquella frase con la intención que él lo había tomado, y corriendo en su auxilio le pudo convencer que no cometiera tan desastroso disparate de acabar con su vida. Aquellos dos hombres discutiendo la cuestión, era un caso verles allí en medio de aquel descampado gritando. El recovero empezó a calmarse y Conrado pudo quitarle de la cabeza aquella mortal intención, miesntras el burro y la burra disfrutaban del necesario placer del sexo.

Después de todas aquellas peripecias retornó el motorista con la avería de la rueda solucionada.

Aquella noche el "doctor" no pudo asistir a la tertulia; pues una de aquellas mutaciones que solía sufrir, le tenía sumido en un estado raro y debío irse muy temprano a la cama, quedando Conrado en compañía de Dora al calorcito de la chimenea.

Aquella noche se enteró el "comercial", por aquella mujer que, aun con su prudencia, declaró al vendedor algunos secretos de aquella casa y de su dueño. Ella sabía del
descarriado cerebro del señor Joaquín (que así se llamaba el "doctor"), aunque cuando no estaba atacado por aquella "desgracia", era el hombre más razonable y normal del
mundo. Aquel cascote de metralla de la pasada guerra le había dejado secuelas incurables, aunque muy esporádicas, trastornándole de todo en todo su cabeza.
Ella lo observaba desde que salió de la cárcel y se daba cuenta que estaba trastornado. En sus días de desvarios, presumía en su amplio salón(donde no dejaba entrar a nadie y que él se imaginaba su aula de Universidad)de impartir clases de psicología a los numerosos alumnos que bullián en su imagnación. Dora lo sabía,y se daba cuenta que no andaba muy bien de su cabeza.

Aquel anciano veía con los ojos de la imaginación, ser no menos que un catedrático de Universidad, y su principal manía era la de explicar, a todo el que cogiese a su alcance aquello que en sus libros leía diariamente, y que el cosario de aquella zona, cada quice o veinte días le traía de la capital por expreso encargo de él.
En los días de lucidez era la persona más cuerda y razonable que se pudiese tratar, poseyendo una memoria sin límites.
Innecesario es decir que a Conrado le gustaba oírle, aunque no entendiese una papa de lo que hablaba, pero era ¡tan ameno...!

Unos tres día estuvo el "doctor" sin parece por la cocina, lugar de reunión donde aquel hombre se desahogaba explicando a Conrado todo cuanto le venía a su mente.
Al cuarto día salió de su "Universidad" con algo de mal color en su rostro, pero portando en sus manos el consabido libro que jamás soltaba en parte alguna. Se sentó junto a la lumbre, y Conrado muy atento se levantó de su asiento para saludarle y preguntarle por su salud. Respondió atento a la pregunta del vendedor diciendo: Yo, siempre me encuentro bien. Mis métodos de vida son lo suficientemente austeros para que los enemigos de la salud no la tomen conmigo e incluso ni me echen cuentas; nunca he fumado ni he tomado alcohol y por lo cual tampoco tuve problemas. No me casé ni tuve hijos y me ahorré de los pocos ratos buenos y de los muchos malos de ese compromiso.

EN ESTADO DE COMA-- CAPÍTULO VIII

Una terriza calle le condujo al centro de aquel poblado, donde un árbol de tupido ramaje y dos bancos de mampostería era todo cuanto adornaba aquella plazoleta. Dos vetustos hombres ocupaban uno de aquellos asientos mientras fumaban algo que desprendía un mal olor. Conrado ya había detenido su moto delante de éstos, y ellos despegaron sus posaderas de los duros asientos y le preguntaron qué se le ofrecía.
Contestó que él era vendedor ambulante e iba buscando clientela. Llevaba varios artículos que podían interesarle sobre todo, a las mujeres.

Uno de los hombres se dirigió a una puerta próxima,y salió una señora que cruzó unas palabras con él, y éste fue llamando a otras vecina formando un corro alrededor de la moto. Conrado abrió la maleta y todas la mujeres curiosearon el género que había dentro de ella, pero a ninguna les interesó nada lo que llevaba el vendedor.Sólo uno de aquellos dos hombres se interesó por una navaja que, según Conrado era auténtica de Albacete y no de hoja de sierra como creía el cliente.

¡Qué decepción se llevó El "agente de comercio"!Sólo cuatro pesetas acababan de entrar en sus bolsillos.
Aquel día regresó a la pensión algo mohíno, y cuando iba llegndo al pueblo se notó cierto malestar en su cuerpo. Al fin llegó sobre la hora del mediodía. Con agradable saludo le recibió Dora que, en esos momentos salía de la cocina enjugándose las manos en su delantal blanco de rayas azules. Ésta pregunto al huesped cuándo quería almorzar, y Conrado le contestó que no tenía el menor apetito y que se iba a echar un rato en la cama, pues al parecer no se encontraba muy "católico".
Se metió en la dura cama y no obstante quedó dormido, pero al poco despertó con una horrenda pesadilla: El manijero aquél al que había vendido el reloj de famosa marca, le amenazaba con un garrotazo en sus espaldas si no le devolvía los tres duros que le había estafado unos días antes, cuyo engaño lo iba a pagar bien caro si no se venía a razones en su justa reclamación... Conrado, dentro de aquella pesadilla, corría cuanto podía para no ser alcanzado por aquel decepcionado cliente, que le decía a grandes voces: --Ladrón, a mí el que me engañe ya está arreglado; te voy a moler las costillas,y, oyendo estas palabras fue cuando Conrado despertó con el corazón a mil revoluciones y se sentó en la cama diciendo aún entre sueños: ¡Qué tío más bruto! Menos mal que yo corría más que él. Se tranquilizó al ver la realidad del momento y celebró para sí que sólo se trataba de una pesadilla, pero seguro que por aquel camino no volvería a pasar por si aquello anunciaba algo premonitorio.

Llegó la noche, y como era de esperar, por fuerza de aquello que ya se estaba haciendo una costumbre, después de cenar, se fue al lugar de la "tertulia" en la que ya estaba el "doctor" esperándole para darle la tabarra del funcionamiento del cerebro y sus contactos con otros órganos del cuerpo:

--Hoy, amigo Conrado le voy a hablar de la tan manoseada adrenalida que tan en moda se está poniendo. Ésta es la segunda familia de las biógenas que está formada por un conjunto de sustancias de importancia nuclear: son las llamadas catolaminas, una verdadera "saga", cuya bisabuela es la llamada L-dopa y el resultado final es la popularísima e inquieta nieta llamada adrenalidna. Todos estos neurotransmisores están ampliamente distribuidos en el cerebro y su acción especial en numerosísimas funciones de nuestro comportamiento. Desencadena emociones tanto positivas como negativas, ponen en marcha la motivación, y provoca entre otros malsanos, la depresión de todas sus formas.

Conrado, más que aguzando el oído, se le querían salir los ojos de sus cuencas mirando sin pestañear, cómo salían las palabras del "doctor" por su boca como disparos de una ametralladora... continuaba el "medico" sin dar descanso alguno a su oratoria. Su exceso, en cambio, puede dar lugar a anciedad o a euforia excesiva entre otras muchas respuestas. De ahí que actuar sobre ello sea labor principal de los psicofármacos. A su vez, la dopaína es absolutamente necesaria para el equilibrio nervioso y muscular, a tal extremo que su destrucción o inactivación es la causa de la enfermedad de Parkison caracterizada entre otros síntomas por intensos temblores musculares.
La istotamina es el tercer pariente de la familia numerosa de animas biógenas. Distribuidas también por los sistemas nerviosos, estimula la secreción gástrica...

Conrado pedía a todos ls santos que él conocía que aquel monólogo del "odctor" terminase, porque a él los párpados se le estabn cerrando y a veces aquellas palabras del viejo le sonaban ya muy lejanas.

Por fin el "médico" llegó a su fin con aquellas últimas palabras, y Conrado dio un suspiro interior que hasta se dolió del pecho.

El lucero del alba estaba ya asomando por el curvo horizonte iluminando con su azulada luz parte de eso que los poetas llaman "el azul del cielo", cuando Conrado se dirgía al corral donde tenía aparcada su moto durante la noche. Como la luz aún no era muy clara, no advirtió al momento que la rueda delantera de su estimada máquina estaba sin aire, totalmente vacía. ¿Donde se habría producido el pinchazo?--se preguntaba un tanto desaírado- ¡Vaya fastidio! Ya se le había echado el día por alto. Intentó meterle presión con la bomba de pedal, pero al momento se quedaba vacía.

No había otra opción que buscar un taller de neuméticos donde poder arreglar el pinchazo ¿Lo habría en aquel pueblecillo? ¡Qué bah! Indagó por todas partes y se informó que, sólo en el vecino pueblo, que distaba unos cinco kilómetros, se podría arreglar la subsudicha avería.

domingo, 17 de enero de 2010

EN ESTADO DE COMA- CAPÍTULO VII

Aquella noche cenó Conrado con más apetito (quizá por el esfuerzo) aquellas croquetas de harina de maíz que había cocinado Dora un rato antes.
Cuando se dirigía para la cocina se cruzó con un picapedrero,tío serio y de mal carácter que apenas se dignó mirarle a la cara ni saludarle. Estos hombres, gente fornida y ruda sin la menor cultura cívica calaron en los buenos sentimientos del vendedor obligándole a hacerse ciertas preguntas para sí: ¿es posible que haya gente todavía que no repondan al saludo de otra persona, siendo todos de la misma condición social? ¡Qué brutos! Pero hallá cada uno con su forma de ser...

Aquella noche no se hizo presente el "doctor", y Conrado tras fumarse un cigarro se fue a dormir. Mientras cogía el sueño pensaba en las peripecias del aquel mismo día y en otras cosas de la vida. Durmió de un tirón hasta la mañana, y nada más levantarse se pusso a organizar su mercancía y reponer su maleta con nuevos géneros, por lo que no le fue posible salir aquel día a vender. Mas el infrenable reloj del tiempo fue acercando otra nueva noche, y así pudo enlazar tertulia con el ·doctor".
Como siempre,éste tomó las riendas de la comnversación anterior , interrumpida por la llegada de los picapedreros.

--Le decía ayer que, por un lado la complejidad del cerebro exigía un perfeccionamiento de los métodos científicos de observación difícil de alcanzar hasta nuestros tiempos. Y, por otro, el comportamiento tenía que ver con el alma, y el alma era de carácter espiritual...(algo de más poesía).
En el siglo XIX, una falsa ciencia llamada frenología proclamó que era factible deducir las localizaciones de las facultades mentales y las capacidades a partir de las mediddas y la forma exterior del cráneo, algo así como la manera de ser de una persona observado las líneas de sus manos. La división del cráneo en zonas, su medida y forma, permitía deducir las funciones intelectuales y la capacidad del individuo...
Es decir, ¡cosas de brujería o historietas del T.B.O.!

Cuánto me gustaría meter en mi torpe cabeza y saber diferencial las cosas de que usted habla--decía Conrado--.

--Amigo Conrado, esto no se puede aprender en cuatro noches de charla; yo empecé a estudiar desde muy joven medicina, y despues de todo lo que le he contado de la guerra y posguerra, ya por una viciosa afición, no he dejado de estudiar el cuerpo humano y, sobre todo el cerebro y sus funciones; pues algo de esto que le cuento, es sacado de los libros modernos escritos por investigadores, hombres de ciencia que, con la tecnología moderna,(así decimos cada uno en nuestra època)van descubriendo diariamente cosas que hasta hace poco tiempo eran inconogcibles...
Parecía ser que aquella noche el "doctor" no le ponía el énfasis a su charla como otras, y haciendo una pausa le dijo a Conrado: Amigo, mañana le explicaré otras cosas que segruo le asombrarán. Esta noche estoy sintiendo sueño y me voy a ir a la cama.

--También yo,-dijo Conrado-, tengo intención de salir temprano, porque me han hablado de una pequeña aldea, así como un poblado grande, donde creo puedo dar el "golpe".
--Mucho he de celebrar que así sea, amigo Conrado. ¡Ea, pues buenas noches y hasta mañana si Dios quiere que, espero sí querrá.

Un día más salió el "comercial" con su industria a lomos de su motocicleta por uno de aquellos caminos de Dios, (o más bien del diablo) y llegando a un boscoso pago de olivos, se topó con una cuadrilla de aceituneras,"disfrazadas de hombres", con patanlones largos y anchas blusas que ocultaban a algunas de las jóvenes las líneas de sus esbeltos cuerpos...

Por aquelloes entornos no existía otro trabajo para las mujeres que no fuese el de recolectar aceitunas. Le llamó la atención al vendedor aquel grupo que tan de temprano tenías sus rodillas hicadas en el frío terruño para procurarse el primer pan del día. En aquellos momentos pensó y consideró que su trabajo de vendedor era un regalo caído del Cielo comparado con el que aquellas mujeres ejercían...¡Siempre hay que echar una mirada para atrás y seguro que se vivirá más conforme con lo que Dios nos manda! También se le venía a Conrado a su cabeza esas frases estúpidas que dicen algunas gentes que, "mirar hacia atrá, ni para tomar impulso" ¡Cuánto ignorante hay en esta vida!

Se dirigió a aquel grupo de trabajadoras para ofrecerles su mercancía, pero aquellas criaturas no tenían en sus bolsillos ni un céntimo.
Conrado compadecido de la pobreza de aquellas gentes, les dijo que si querían algún artículo de los que él vendía, que se los dejaba fiado hasta que cobrasen sus estipendios.
Aquellas personas no acostumbrads a oír de boca de nadie tanta bondad, se extrañaron de aquel ofrecimiento y rehusaron a ello.

Un poco espacio de tiempo estuvo allí el "comercial" comprobando lo duro que es el trabajo del campesino sobre la madre tierra que es la que todo lo produce y que los demás sin mucho esfuerzo disfrutamos de ello.
Montó de nuevo en su vieja moto, y continuó adelante buscando aquella aldea de que le habían hablado. Sobre unos veinte minutos llevaba caminando, cuando al salir de un recoveco del camino se le hizo presente, a corta distancia, aquello que buscaba.

EN ESTADO DE COMA- CAPÍTULO VI

Se escucharon mormullos de personas hablando en la puerta de la calle y acto seguido tocaron con el llamador. Era una cuadrilla de picapedreros que buscaban alojamiento.
Venían a picar pìedra a una carretera de la comarca, pues entonces las secundarias eran de piedra apisonada.

Hablaron con el "doctor", y éste con ayuda de Dora les acomodaron en unas habitaciones cerca del segundo patio de la casa.
Por aquella noche la tertulia "doctor"--Conrado había tocado fin. Lo primero de todo era atender el negocio...

Al siguiente día, como una obligación diaria que era,salió Conrado a su trabajo con dirección a otra cortijada que, el día anterior había divisado a larga distancia cuando volvía para la pensión con la maleta vacía. Aquella cortijada, según él pensaba, también debía estar virgen. Llegó a aquel lugar y, ¡qué manera de de vender! No le daba tiempo a atender a una comadre, cuando otra ya había elegido los dos pares de medias que le quedaban. Otras vecinas arramblaban con los brillantes zarcillos que aún quedaban en la maleta del vendedor, pra regalo de sus nietas. Las pulseras de hojalata las vendió en un momento cual fuesen dulces rosquillas del tío Curro; tres pares de bragas, llamadas cucos por aquel lugar, no le dio tiempo a sacarlas de la maleta. Se las rifaron aquellas clientas dejando aquel "escaparate" más vacío que la cabeza de don Quijote... ¡Otro bombazo más del vendedro!
Pero como todo no viene a pedir de boca, de regreso al pueblo, al pasar por un arroyuelo se le mojó el istema eléctrico de la moto, y ésta dijo que no rodaba más.
¡Vaya por Dios! Sin ayuda de nadie enmedio de aquellos desiertos campos, y la motocicleta que no quería funcionar. Metió mano a quitar la bijía (eterno tormento de los motoristas de aquellos tiempos) pero ¡cah!, no era la avería de costumbre. Ahora se trataba de algo más complicado. ¿Qué hacer?-se preguntaba para sí-. ¡Malos mengues me coman! Será posible que en esta vida no sale un día redondo del todo...
¿He cometido yo algún pecado o estafa alguna más allá de lo que es defender el comercio? ¿He engañado yo a alguien para merecerme este castigo? Si todo mi género es una bendición de Dios y, además lo he dado en precios increíbles,¿Por qué me castiga a mi el Cielo, si es que el Cielo castiga? Después de tanto lamento como echó al viento en medio de aquella soledad, no le quedó otra opción más que coger su vehículo de reata, y con grandes esfuerzos le fue achuchando por aquel camino terrizo de dos mil diablos.
Ya cansado de tanto empujar a la dichosa moto, empezó a sentirse agotado y se sentó en un ribazo del camino. Allí descansó un largo rato, pero las horas se iban consumiendo y el día se achicaba. Pensaba que no llegaría al pueblo con la luz del día...Estaba más que visto, el diablo le había salido al paso! Antes de reanudar la marcha y rezarle a todos los santos de que él tenía noticia, también quiso hacerlo y pedirle clemencia al patrón de su pueblo natal, pero por obra del demonio, no se acordaba del nombre de éste... ¡Milagro de Dios! Probó a dar otra vez al pedal de arranque de su vieja moto y ésta salió marchando como si nada hubiese ocurrido.
Montó en ella y continuó hacia la pensión, y entre otras muchas cosas que se iba amasando en su magín, se le vino un chiste a su memoria que la gente de Yuncos (con todo respeto)contaba de don Jesús, el cura del pueblo, su gran amigo, porque Conrado a pesar de ser una persona más bien rústica sabía diferencial los amigos de las instituciones, y aunque él no fuese a la Iglesia, don Jesús se lo toleraba porque sabía que era buena persona y por lo cual, a Conrado le parecía una irreverencia que aquello se le viniese a su mente en tan críticos momentos, y hacía por ahuyentar de su mente aquellos pensamientos, no fuese a recibir otro castigo mecánico en su medio de transporte.

Por fin legó sano y salvo cuando las mortecinas luces de aquel pueblecillo jienense empezaban a alumbar sus tortuosas calles.

sábado, 16 de enero de 2010

EN ESTADO DE COMA- CAPÍTULO V

Al llegar a la altura de una cuadrilla de aceituneros que junto a aquel camino estaban en su faena, detuvo su oto y preguntó al manijero que en esos precisos momentos estaba liando un cigarro, pero fijando la vista en el motorista. Conrado le preguntó que si quería comprar algo de lo que llevba en su maleta.
La curiosidad del campesino le llevó a preguntarle: -´¿qué cosa lleva usted en esa maleta?
-Muchos y variados artículos.
-¿Los puedo ver?
¡Cómo no!--contestó el vendedor--.
Abrió éste el "escaparate", y el campasino le echó el ojo a un relos de aquellos que fabricaban en Barcelona y que sólo duraban funcionando el tiempo de una detención preventiva,o sea, setentay dos horas más o menos.
Se interesó el rústico por el crono preguntando el precio del mismo. Conrado, haciendo uso de su habilidad comercial,(cada uno servimos para una cosa distinta) le encomió la categoría de aquella marca de relojes que,según él,eran importados de un lajano país llamado Suiza y, que aunque el valor de éste era mucho más elevado, por tratarse de la primera venta del día, se lo iba a dejar en veinticinco pesetas.
El campesino, no por ser hombre de campo era un lelo y tenía nociones del regateo; en un tira y afloja, se lo sacó en tres duros.

Tras unas palabras entre los dos hombres, continuó el vendedor su camino y no a mucha distancia le vino a su vista como especie de una cortijada, viviendas que se encontraban muy distantes de la civilización urbana, y aquello,--pensó el vendedor- debía estar virgen, y efectivamente así fue, dejando su maleta huérfana de artículos.
Todo tipo de baratijas quedaron en aquella pedanía para su memoria de un buen día de venta. ¡Aquello funcionaba! Qué pelotazo pegó el amigo Conrado aquel día! Dos más como éste y ya tendría para comprar una moto nueva ya que, aquella que poseía, un día si y otro también hacía "perla" en la bujía.

Regresó a la pensión aquel día más temprano que otros, y nada más entrar por la puerta se topó con el "doctor". Se dirigió a él para presentarle disculpas por lo que había ocurrido la noche anterior con haberse quedado dormido, a lo que "doctor" le contestó que el sueño no es una cosa voluntaria; pues cuántas veces quiere uno dormir y no puede, y otras es todo lo contrario. Esa necesidad, como otras de nuestro cuerpo, vienen implulsadas por fuerzas exteriores.

Llegó la noche con la prontitud que aparecen las luces en los trópicos, y tras haberse cenado una hermosa tortilla de espinacas y un pedazo de pan de víspera, se dirigió a la querencia del fuego de la chimenea, lugar favorito que ya se iba haciendo como una sala de tertulia.
Al poco rato llegó el "doctor" con el insepareble libro en sus manos y tomó asiento frente a Conrado que, en dicho momento estaba liando el indispensable cigarro que tan bueno resulta después de la comida.

Comenzó la tertulia entre aquellos dos hombres; el "doctor" fue llevando a su territorio la conversación que siempre era del mismo tema. La de la medicina y el crebro. Hablando de lo mismo llegó el punto de decirle a su escuchante: --Mire usted, amigo Conrado, todas nuestras sensaciones dsde el dolor al placer, son prudcto de la acción de los neurotransmisores. Las emociones, como la alegría o la tristeza, son básicamente un fenómeno biológico al igual que los pensamientos y la forma de conducta. Algunos investigadores sostienen que la falta de ciertos tipos de neurotansmisores constiuyen una de las cuasas bioquímicas de la presión... Ya le expliqué que el corazón es un potente músculo que por su función podríamos llamar "órgano--mecánico". Aunque no siente ni consiente, sí es vecino y gran aliado del crebro suministrándole la sangre oxigenada para que éste siga vivo, pero como otros órganos motores del cuerpo, recibe, en compensación, órdenes del cerebro: "se alegra, se agita o sufre" por recepciones sensoriales.

El estudio científico del cerebro fue prácticamente dudoso e imposible hasta hace pocos años. A don Santiago Ramón y Cajal se le debe mucho sobre su estudio: Por un lado la coplejidad del cerebro exiagía un perfeccionamiento científco y los instrumentos de observación muy difícil de alcanzar hasta nuestros días...

EN ESTADO DE COMA-CAPÍTULO IV

-Como a usted le parezca; mañana será otro día.

Amaneció el "otro día", y Conrado después de tomarse el desayuno que muy amable le habia servido Dora, acopló la maleta en su motocicleta llena de artículos varios y se alejó por aquellos lugares a vender su mercancía.
Regresó a la caída de la tarde muy satisfecho, por cierto, porque la venta se le había dado muy bien: dos pares de medias, tres pulseras, cuatro pares de zarcillos de hojalata "plateada" y hasta unas bragas de talla alta que le colocó a una señora mayor. ¡Bien se había dado el día!

Llegó la hora de la cena, y tras satisfacer dicha necesidad, echó mano a su petaca, lió un cigarro y fue a sentarse junto al tronco de oliva que ardía bajo la chimenea.
Al poco rato apareció el "doctor", aquel hombre mayor que no lo parecía por su aspecto jovial, con un libro bajo el brazo. Saludó a Conrado y se sentó frente a él y se puso a mirar las páginas del ejemplar.

Conrado estaba ansioso esperando que el "doctor" diera rienda suelta a aquello de que tanto hablaba y, aunque él apenas entendía le gustaba oirle sobre aquel tema que la noche anterior quedó pendiente, y ¡Cómo no! Éste abrió fuego con su obsesivo tema del cerebro humano, pero entre un "entreacto" le interrumpió el vendedor.
-Ayer me dijo usted que se expresaría en términos más entendibles para mí, pues
me agradaría que lo demás que usted me explique puediera entenderlo mejor.
-Bien, pues si así es su gusto, procuraré hacerlo.
-Muchas gracias, pues de esto que usted me habla jamás oí a nadie que delante de mí lo hiciera...

-Pues ponga atención, que empezaré por lo del sistema central: éste incluye todas la neuronas del cerebro y la médula espinal,(sustancia englobada en la médula espianal).
El sistema nervioso periférico une el sistema nervioso central con los receptores sensoriales(por ejemplo tacto, gusto y dolor) los músculos y las glándulas del cuerpo.

Del sistema periférico debo decirle que tiene dos componentes: el somático y el autónomo: el somático transmite desde el mundo exterior al sistema nervioso central y dirige la salida motora...

Conrado que esperaba que aquello fuese más entendible, como solicitó del "doctor"la noche anterior, se estaba haciendo un verdadero lío con los sistemas nerviosos y sensoriales y otras cosa que por más atención que ponía, no entendía una papa de aquello, pero sus buenos modales le olbligaban a serguir escuchando aquellas palabras extrañas para él.

El "doctor" le ponía ejemlos: -Alguien recibe una caricia y sonríe. La sensación agradable de la caricia ha sido transmitida por el sistema nervioso somático, los movimientos motores de los labios al sonreír son el resultado de la información enviada al cerebro por el mismo sistema que le ha "enterado" del estado actual de estos músculos y, por tanto su capacidad para sonreír.

-Son cosas complicadas, ¿verdad "doctor"?,- decía Conrado-
-Sí que lo son, pero apasionates, pues lo del sistema autónomo que aunque más conocido y popular entre nosotros los..."medicos", no es menos asombroso en su funcionamiento en el que influyen las glándulas del interior del organismo... El "doctor" hablaba y hablba, pero como Conrado tenía una postura tal en su asiento que parecía atento a lo que el "doctor" le estaba explicando, continuó éste con su monólogo, pero alzó la vista para tomar un respiro y se dio cuenta que Conrado se había dormido como un lirón.
El "doctor" muy respetuoso y prudente se calló dejando a Conrado en los brazos de Morfeo.

Despertó luego el vendedor un tanto sobresaltado, y viendo que se encontraba sin compañía alguna, dudó unos momentos en qué debía hacer; pues aquella falta de atención a aquella conversa que él mismo había solicitado, le pareció asimismo una falta de respeto y aquello le puso muy nervioso. Se levantó de su asiento un tanto aturdido, tropezó con una silla cayendo de bruces sobre el suelo todo lo largo que era.

Dora, que aún no se había acostado, al oír aquel golpe, acudió renqueante a dicho lugar. Mas como la luz era tan pobre no reparó que el cuerpo de Conrado estaba tumbado sobre las frías baldosas, tropezando y cayendo sobre él.
Conrado que no esperaba un auxilio tan"violento", se alarmó en sumo grado sin saber qué ahcer, hasta que oyó el grito de la asustada mujer, sin comprender en aquellos momentos con qué había topado. Conrado le contestó my nervioso y avergonzado del incidente que había provocado.

Se aclararon mutuamente lo sucedido, y dándose las santas y buenas noches, cada cual se fue para su aposento.

Aquella noche Conrado no podía conciliarse con el sueño, y allá sobre las cinco de la madrugada, envió Morfeo sus agentes y quedó tan profundamente dormido que, hasta que los rayos del sol no reían sobre los cristale de su ventana, no tuvo fuerzas para despegas los párpados. Se levantó acelerado cual operario que le falló el despertador, y ráudo se dirigió a echar mano a su motocicleta que aquella noche la había dejado en el primer patio de aquel caserón; amarró su maleta al porta-equipajes
y emprendió su marcha por un camino que lo coduciría a un gran pago de olivos.

viernes, 15 de enero de 2010

EN ESTADO DE COMA-CAPÍTULO III

Pues sí, como le digo, amigo Conrado, el cerebro se ocupa de todo el funcionamiento: Respiración, circulación de la sangre, nos permite andar, correr, agarrar objetos, también almacena toda la informació necesaria para vivir en este mundo. Como ya le he dicho y le repito, en poco más de un kilo de peso se archivan nuestros recuerdos, la memoria, la conciencia y las emociones. Gracias a él funciona nuestro cuerpo y asimismo nuestra mente. Descubrir como trabaja esa refinada red de neuronas con sus interconexiones químicas y eléctricas, supone iniciar un viaje apasionante, adentrarse en un mundo asombroso.

-Señor ·doctor",cuánto me gustaría saber cómo se inicia ese viaje!

-Pues según los últimos descubrimientos científico--psicológicos dada su importancia en el ser humano, los avances tecnológicos se han avocado especialmente a desvelar sus misterios.
Se sabe casi con certeza que esa masa de tejidos de unos 1300 gramos, contiene todos los recuerdos acomulados a lo largo de la vida, tanto visuales como olfativos y auditivos; en ella se puede decir que están todos los refranes, los chistes y demás historias que conocemos. Ahí están las recetas de la cocina casera, el recuerdo del olor de los establos de nuestro pueblo y de nuestra inafancia, todas las alegrías y los pesares, las habilidades de cualquier oficio; la casa de nuestros padres, los remedios caseros, los sueños y las fantasías, lo éxitos y las decepciones, la imagen de los edificios,el primer beso, el último paseo, todo y más que yo le pueda decir está en el cerebro... ¿Le parece a usted poco, amigo, el asombroso viaje y apasionante como es adentrarse en ese mundo?

-Pues si que es una maravilla lo que llevamos encima de los hombros! Pero dicen las gentes que las alegrías y las penas salen del corazó,¿no es cierto?
- No exactamente. Eso son cosas más bien de los poetas. En el corazón es cierto que se reflejan los mandatos del cerebro, pero éste de por si solo no sient nada. Ese mecanismo ya se lo explicaré más adelante. Existe una prueba evidente para razonar sobre ello que es la siguiente: cuando el cerebro muere, el corazón se para y no como antes se creía que, se paraba el corazón y moría el cerebro. Esa errónea creencia ya quedó descreditada hace tiempo como, cuando por ejemplo dice la gente: "se cayó y se partió la cadera". Otro error en la mayoría de los casos, pues con sus excepciones,es todo lo contrario. "Se le partió la cadera y se cayó".

-¡Qué cosas más curiosas! ¿Y cómo se sabe todo eso con certeza?
-Ya se lo dije. Por las investigaciones de los hombres sabios que se dedican a esos estudios, y que cada día son de más utilidad para descubrir nuevos horizontes en dicha materia. En lo único que hay que creer, amigo Conrado,(o al menos yo)es en lo evidente. Muhas de las demás cosas que se dicen y escriben, son puras crónicas adobadas por los intereses que, después los poetas las suelen hacer bonitas y agradables a las masas humanas que alegran el espíritu de los mal informados; pues las personas románticas y de buena Fe, son felices creyéndolo todo...
Mire, señor Conrado, continuando con lo del cerebro, es tal la constatación de dicho estudio, que según esos hombres eminentes, han llegado a averiguar el entramado de la mente y el cuerpo, que es inevitable la comparación de éste con una central elétrica.
Existen unos elementos básicos llamados neuronas que conforman los armazones,(que podrían llamarse postes de elétricidad) a través de los cuales se estructura esta comunicación y las ramificaciones (cables) por donde se traslada la información y se comunican unas neuronas con otras. Y esto es tan válido para el que denominamos sistema nervioso central,(básicamente el crebro y la médula espinal) verdadero centro de emisiones como para el sistema nervioso periférico que es el conjunto de zonas(edificios) que se benefician o perjudican por estas emisiones. ¿Se va enterando usted, amigo Conrado?

Verá usted, señor "doctor"; aunque usted lo explica muy bien, que me asombra su memoria, yo no tengo el conocimiento para comprenderlo y, además que las palabras que usted dice, no las entiendo.

-Bien, intentaré explicarme con más sencillez para que usted lo pueda encajar mejor en su caletre, pero esto será mañana ya que, el recoldo de la lubre se está consumiendo, y sopecho que nos puede dar frío si seguimos aquí bajo la chimenea sin recoldo alguno.

rafael

rafael
Rafael 1957