jueves, 14 de enero de 2010

EN ESTADO DE COMA- CAPÍTULO II

En un bombardeo que se produjo en el pueblo de Jaca por las fuerzas enemigas, las frnaquistas, con mi ayuda pude demostrar mis conocimientos sanitarios y médicos, y ne destinaron a prestar mis srvicios en los hospitales de campaña próximos a los frentes de batalla donde, ineludiblemente presencié cosas verdaderamente horrorosas. Cabezas separada de los cuerpos, brazos volando por los aires, piernas destrozadas, intestinos enredados entre la broza y maleza de la tierra ardiendo en llamas, lamentos agonizantes de jóvenes,(niños que hacían de hombres para la batalla) llamando a sus madres en los últimos estertóreos de su vida y preguntándose con palabras casi ininteligibles, ¿por qué me matan? ¡Yo nunca hice mal a nadie..!

Aunque con más suerte, yo no pude librarme de mi parte correspondiente a aquel desastre. Un casco de metralla me taladró la cabeza, y aún con los años que han transcurrido, tengo grandes recaídas, sobre todo cuando hay cambios atmosféricos. Pues cuando de aquel accidente me dieron el alta médica, vino a ocurrir que al poco, se treminó la guerra, y como era de esperar pasé derechito a la cárcel, sólo por haber curado a los heridos...¡Qué ironía!

Yo nunca tuve que ver nada con la política, pero el terrorismo vencedor no entendía ni diferenciaba a personas. Para ellos, todos los del bando contrario eran o, habían sido malos... ¿Ay cuántas fatigas se pasaban entonces en las cárceles! Estuve a punto de ir a cumplir condena al Valle de los Caídos.¡¡Verdadero infierno!! mas no sé cómo me libré de dicho regalito. Cuando al fin me dejaron en libertad, volví aquí a mi aldea, a mi casa que ya se encontraba huérfana de sus dueños, mis queridos padres, que quizá fallecieran de pena y sufrimiento de saber que su único hijo estaba entre rejas, con sus ilusiones destrozadas y su vida rota para siempre. Sólo Dora, que es como de la familia, quedó al frente de este mísero negocio, pero que con la fe de un religioso, ella a aguantado los avatares del tiempo, y como dos hermanos que se quieren de verdad, seguimos aquí con la lucha de esta ingrata vida.

Pues anteriormente a lo contado, no crea que y me resiganaba a rendirme. Intenté convalidar mis estudios, paro ya me fue todo negado. Según opinión y mandato de los vencedores, yo había sido un rojo que se dedicó a curar al enemigo de La Patria que, después, con todo descaro, llamaron "Una Grande y Libre".
¡Ay amigo Conrado, si pudiera contarlo todo, pero aún no se puede..!

Yo continué estudiando en mis libros de medicina, porque en ello me va mi ilusión, y mi gran respeto a los hombres sabios que diariamente se ocupan de ir descubriendo y dar a conocer los adelantos de la ciencia para el bien de la humanidad...

Perdone que me haya enrevesado un poco en contestarle a su curiosa pregunta, no obstante quiero aclararle el motivo de el porqué me llaman el "doctor". En los pueblos pequeños, y más en una aldea como es ésta, todos los vecinos disfrutamos de un sobrenombre, tradición de nuestros ancestros y po lo cual, no dudó el uso y el vulgo en regalarme dicho apodo, del que me honro llevarlo.
¿No sabe usted, amigo Conrado, que al no poder ser, también es agradable parecer?´

- Así lo creo, señor "doctor"-dijo Conrado- y continuó: Yo que no tengo ni la menor idea de cómo hemos venido a la vida, cuanto me guataría saber algo de esta materia por una persona como usted que me lo supiera explicar; pero a veces me hago preguntas tan absurdas que hasta me da vergüenza revelarlas de cómo estamos aquí en este mundo y por qué?

-Amigo Conrado, entedámonos. Yo no soy ningún sabio y sólo ´se de lo que otros hombres escriben en investigan por mediación de ese cerebro que La Naturaleza le ha dado, porque aunque a algunos le parezca extraño o les pase inadvertido, todo está en manos de un órgano del cuerpo llamado cerebro que, con poco más de in kilo de peso es capaz de administrar y dirigir todo el cuerpo humano y de hecho lo lleva a efecto.

-No me diga,señor "doctor"! pero, ¿una cosa tan chica puede mover a otra tan grande?
-Así es, y voy a intentar darle una explicación de lo que yo aún no he dejado de estudiar: el cerebro lo es todo. Es como especie de una central que controla nuestra vida.






















doctor"

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Rafael 1957