¡Oh distinta y distante primavera!
Sesenta años ya han volado
cuando obligado fui a ser soldado
tumbado en un vagón...¡No de primera!
Volvía la estación...no sé cual era,
aquel tren viejo, sucio, estartalado,
de soltar una remesa de ganado
u otras inmundas cosas...él supiera!
Veintidós años de alegría, de ilusión
no reparaban en la molestia del vagón
de un piso de tablas mal olientes
y así llegué a la estación postrera,
adormilado, ignorante,e inconsciente.
Mas a pesar de toda aquella quimera,
hoy ansío y desesperanzado me pregunto
¿Por qué no vuelve aquella primavera?
domingo, 22 de noviembre de 2009
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