martes, 2 de febrero de 2010

EL ENCANTO DE UNA TIENDA CHIQUITA.

A MIS VECINAS Y AMIGAS, SALUD Y ENCARNI.

¡Que no, hombre! Mire usted.
Vuelve por aquella esquina,
sigue la calle adelante
y ve una tienda chiquita
pero con muchísimo arte.

En lo alto de la puerta
hay una farola, una luz,
y nada más entrar dentro,
ya se encuentra con Salud.

Es una morena guapa
como buena cordobesa;
y de humor, ya no le digo
cómo es la dependienta.
Tiene una gracia y salero
que va usted a comprar una gorra
y ella le vende un sombreo.

Pues tiene tanta destreza
que te vuelve turulato;
te marea la cabeza y
te vende hasta su gato.

Y no digamos la hermana!
La que le llaman Emcarni
(equivalenta a Encarnita)
con unos ojos más grandes
que los del puente romano
o arcos de la Mezquita...
¡No es corriente en ser humano!

Y una cara tan bionita
que un platero cordobés
pueda tener en sus manos,
joya tan fina y bonita
por grande que sea el taller...

--¿Se encontró ya con el sitio
a dónde yo le he mandado?
--Si, señor, y que es verdad
todo lo que ha relatado.
¡Vaya dos mujeres guapas
y con gracia y con salero!

¿Y así son las de este barrio?
¡¡Pues, para quitarse el sombreo!!

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rafael

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Rafael 1957