lunes, 8 de febrero de 2010

Bordando claveles blancos y rojos
sobre la ajada y verde seda,
en mi memoria el recuerdo queda
del vivo brillo de sus negros ojos.
Horadando hilos que eran manojos,
sobre el tensado bastidor, se queja,
de la poca luz que no la deja
distinguir lo hecho de los despojos...

Cuántos años volaron de ilusiones
puestas en el teatro y el toreo;
las borraron otras ocupaciones
de la pasada juventud que ya no veo.
****
Cuando con el tiempo, el amor,
por extraños caminos se haya ido
a ese ignorado y oscuro mundo
donde no vueleve, y el amor se va,
y no piense más en tu persona,
¿podré alguna vez vivir en paz?
****
Una mujer me ha enamorado el alma,
mas no quiero que me enamore el cuerpo,
porque es una excelente dama
a que yo, tanto respeto tengo.
****
Decirle que la quería
fue un gran error.
Muchas veces la mujer
se deja amar, poro
sin que le hables de amnor.
****
No te conozco con mis ojos,
pero sí con mi corazón;
no apartes la vista de nosotros.
Dime que sí. ¡Prométemelo!
****
Mi novia de ilusión
para siempre serás.
No puedo conformarme
a no quererte...
¿Te acuerdas lo que me escribía?
¡pues como comprendes
que no sufra sin verte!
****
Si un día me ves llorando,
no me consueles; déjame llorar.
Que un hombre cuando llora
Siempre lo hace de verdad.

***

¿Quién será el que de ti
podrá hablar, rosa,
que sólo vives unos días
pendiendo de tu tallo,
si no existiese una mano
criminal y bondadosa,
que te corte del rosal
y te prendan en el pecho
de una nujer guapa y hermosa?

***

De la noche al día , dicen,
que existe un abismo;
es un breve giro de la Tierra.
De la vida a la muerte
un casi... lo mismo
y un momento de la paz
al crimen de una guerra.

***

Hermosa y rosada aurora
que a todos despiertas
con una luz blanca.
En los ojos de mis pensamiento,
¿no pudes poner una luz
más limpia y más clara?

***

¿Es un delito, un crimen,
enamorarse de tu persona?
¡Jamás vi tan severo juez!
¿Por qué me castiga, y en su vez,
con tu amor no perdonas?

Desigual entre tú yo
es la vida y el amor:
mientras tú ríes
yo estoy llorando;
cuando tu gozas,
yo estoy sufriendo;
Mientras tú vives,
yo estoy muriendo;
cuando tú duermes,
yo estoy velando;
mientras tú olvidas,
yo estoy queriendo;
mientras yo afirmo
tú estás negando.

Yo sé que, como la vida,
ésto ha de tener fin;
pero, ¿cómo, cuándo?
y se llega una día...
¿dejaré de sufír?

***

Opaca y triste está la tarde.
Llueve, y el sol se escapa
por entre la parda nube.
Yo pienso en ella, y me atrapa
un inmenso dolor de lejanía.

¡Ay! Lo que ella para mí fue,
mas no sé lo que fui para ella.
Dios, acércame a su lado,
aunque esté tan lejana como una estrella.
*********

Suave el viento,
inmóviles las hojas,
quieto el árbol,
sin rumor el río...
¡Traquilidad de sepultura!
¡Qué noche más quieta,
¡qué noche más serena;!
parece que de tanto serlo,
la adormece una pena.

***

No diré nunca que eres tú
la que así me tiene.¡No!
Lo de ahora es distinto a todo;
de otra natutaleza que,
sin comprender, me tiene,
desde los pies a la cabeza
sujeto de tal modo que
hasta el decirlo me pesa.

***

Traspasando las ramas del árbol
un leve resplandor nos daba
de los débiles rayos de la luna;
hablaba en la noche el silencio,
musicaba, temblona, una hoja...

Y al mismo tiempo suspiramos,
y yo la dije embelezado:
ves el color de la luna, es amarilla.
Ella sólo respondió: "no lo sé,
estos momentos me turban y maravillan".
AL MINERO.
Qué honda se oye la voz del minero;!
qué oscura y profunda es la mina!
Se observa una pena tan triste
como la garganta que a é le encamina.

Mas por otra reseca garganta,
quejumbrosos "quejíos" respira.
Son las coplas valientes que canta,
las que en su trabajo le distraen, le animan.

****

Este dolor que sin descanso bulle
y forma un circuito interminable,
corta mi vida como afinala sable,
mas la sangre al exterior no afluye.

Soy como el perro que la rabia huye
queriendo siempre ser afable,
mas el veneno que en su cuerpo influye,
deja de hacerlo bueno y amigable.

No sé lo que soy ni lo que siento,
y a veces me comporto fatalmente,
en esta sociedad de tumba y de tormento,
quizá yo sea su final: ¡La muerte!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

rafael

rafael
Rafael 1957