lunes, 15 de febrero de 2010

TIMIDEZ

Cual golondrina con su remera
va rozando los verdes trigales
con óptimo orgullo en la primavera,
tozoaba ella, al pasar por mi lado,
su bello rostro,muy cerca de micara,
ufana, orgullosa y altanera.

No olvido aquel día que la vi;
como fijando su vista en invisible objeto,
desafiando hasta el propio viento,
lozana y recta veníase hacia mí.

Quise hablarla al pasar, y el esfuerzo
fue tan débil, tan tímido e inútil,
que por más y mucho intento, no puede.
Mas ella, una sonrisa traicionera
con desprecio y sin esfuerzo me lanzó,
igual que al invierno sonría la primavera,
como al cardo espino le sonría a la flor.

¡Ay de mí! Entonces me dije y pensé:
¿Cómo puede haber corazones tan tiernos
en la fortaleza de los hombres,
y duros como el pedernal en la mujer?

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rafael

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Rafael 1957